La vida no es hoy... ni mañana... ni ayer... Es todo eso, unido en un continuo presente. La vida ES. ¿Todo? ¿Nada? Una forma de saberlo es abrir el corazón para aprender a vivirla.

sábado, 7 de mayo de 2016




LA CARTA NATAL MAYA

LA CIENCIA ESPIRITUAL MAYA ESTÁ DE RETORNO

PRESENTACIÓN

¿Qué es la Carta Natal Maya?

Es levantar los Sellos Solares y las Frecuencias Galácticas que describen la naturaleza de la Energía que me nutre desde el nacimiento. Antes que persona soy un Ovillo de Luz formado por hilos luminiscentes en movimiento, algunos de los cuales nacen desde lo más íntimo de mi Ser y viajan hacia confines inimaginados: soy un microuniverso en conexión con todo el Universo y, no obstante la pequeñez, el diseño de mi Campo de Energía es una réplica de aquel y a la vez una singularidad irrepetible. A partir de los contenidos sapienciales y de precisión matemática en la medida de Tiempo Maya, actualizada y dispensada para esta época de profundos cambios, la Carta Natal Maya provee la instrucción mínima necesaria que establece las coordenadas de cada individuo, como un campo de energía interactuando con otros similares al interior de campos mayores como el de la Tierra, el Sol y la comunidad estelar de jerarquía inmediata; Si el individuo se reconoce y se identifica con su campo energético, con su referente galáctico, estará en condición de semejanza con los demás y por tanto, la posibilidad real de ser un triunfador, o al menos, soberano y con auto-determinación en sus caminos. Cuando se nombra como persona, con un nombre que poco o nada dice del Ser, energéticamente se diluye en un océano de ambigüedades, que además de alejarlo de su propósito de existencia, le atomizan con tal cantidad de vagas probabilidades provenientes de todos los ámbitos del acontecer social, que le impiden centrar su atención en lo que verdaderamente le incumbe, estará viajendo como un enajenado más, sin rumbo ni destino, o cuanto menos, alejándose de su diseño primordial de existencia.
La Sabia Ciencia Maya es un regalo que los Instructores Galácticos le dejan para este momento de evolución a la Humanidad. Con 1300 años de anterioridad legaron estos contenidos y los sembraron en esta América, en un momento en que el ser humano era aún muy tribal. No obstante, se convirtieron en celosos guardianes en honor a los instructores a quienes llegaron a considerar como dioses y cada tribu resguardó estos contenidos a su manera, de allí las diferencias entre las tradiciones. Lo importante era que perdurase y así aconteció. La instrucción Maya sobrevivió al posterior saqueo y destrucción ya conocida. Para éste momento, los arquetipos consignados en el Calendario Sagrado Maya, se reactivan, pero ya no culturalmente, sino como vórtices informáticos al interior de cada ser humano que los invoque y acepte, pues se trata ya no de una cuenta aislada de calendario más, sino del aporte de la impronta que desde el orden superior de energía se nos entrega, para que seamos soberanos de los talentos que nuestro Ser espiritual eligió para nosotros a través de los Arquetipos de Cuarta Dimensión, que rompen las barreras formadas por el ego inferior en torno al núcleo de conciencia que normalmente llamamos Alma. 
La Carta Natal Maya, siendo la aplicación particular para cada ser humano, es una herramienta de navegación. Tanto el Ser Humano como la Tierra están navegando el Océano del Tiempo en evolución. La Tierra en su radio central tiene la memoria de su derrotero y lo está cumpliendo. El ser humano tiene en su Alma, en su ADN, y en todo su campo de energía la memoria de su Plan particular y la descripción de sus potenciales. Ese es nuestro bagaje, ese es el Tesoro de Talentos del que nos provee nuestro hacedor espiritual, y con él, el designio de lo que venimos a aprender en cada oportunidad, puesto que no venimos desprovistos de propósito, aunque sí del libre albedrío para ejecutarlo. 

¿Qué información contiene la Carta Natal Maya?

De momento, lo que estamos compartiendo, deriva de la aplicación de dos calendarios actualizados en sus coordenadas de Tiempo estelar para este particular final de Fase Intermedia en la Tierra: Calendario Bio-cósmico de Trece Lunas de 28 días (calendario civil) y el Calendario Sagrado Tzolkin con sus 260 permutaciones de Trece Principios Galácticos y Veinte Sellos Solares. 
El calendario de Trece Lunas, aporta lo concerniente al caudal informático del que dispone el individuo para formar personalidad, carácter y temperamento, derivados de la luna de nacimiento con su respectivo Sector Zodiacal Maya y el Principio numérico de Ley Natural que le acompaña. Del Año Portal de nacimiento deriva su proyección hacia los demás, como le perciben y qué estrategia escoger para actuar con naturalidad y ser un triunfador en lo social.
Del Calendario Sagrado, deriva el nombre o umbral galáctico, el paquete energético que define talentos, atributos, potenciales, habilidades, que le son entregados en propiedad a cada ser humano, a cada uno y según la Ley, se le entrega la Clave que abre su tesoro, lo que de ser bien invertido, se multiplicará como Dones y Virtudes. No hacer uso de su provisión por desconocimiento o por desidia, equivale a condenarse a hurtar de aquello que los demás logran recolectar, haciéndose hábil en "dramas de control" porque él mismo se niega la conexión con la Fuente Universal de Provisión, ante la cual, el Umbral Galáctico, es como el cordón umbilical.
                                                    
Todo Umbral Galáctico, está atado a trece umbrales, llamados Onda Encantada, siguiendo el formato de los trece principios naturales. Según como se denomine la Onda en la que se nace, varía la misión de aprendizaje con el que cada uno viene a participar, independientemente de los roles sociales que el individuo decida asumir. Nadie como persona escoge su propia misión, pero si tiene la libertad de elegir cómo realizar la que le fue otorgada y de esta manera unir su pequeña voluntad a una superior, quizá aquello que se nos dijo de hacer la voluntad del Padre.
A cada umbral galáctico corresponde un esquema de fuerzas que le acompañan, complementan, matizan, conforman el Oráculo, que no tiene como función principal el ser predictivo ni adivinatorio, sino más bien, el de establecer las relaciones de esa entidad con otras de semejante naturaleza.
Hacen parte de esas fuerzas: el Guía, o arquetipo maestro orientador, el Análogo o fuerza de apoyo planetario, el Antípoda o fuerza complementaria y el Oculto o fuerza que trae sorpresas o propuestas de aventura y crecimiento. 
Adicionalmente a la Carta Natal, válida para toda esta existencia, cada año, con ocasión de una nueva revolución terrestre, a partir de una fecha de nacimiento o suceso se tiene acceso a un paquete informático alternativo válido para un año, del cual se dispone en propiedad y que diversifica y cualifica las opciones de cada uno sin perder el referente inicial.
Cada año, y a partir del Umbral Galáctico de nacimiento, el campo energético va incorporando uno de los trece principios naturales de manera sucesiva y ascendente y visita uno de los cuatro sellos solares de la familia del sello original y asi se tiene como una segunda carta para ese año con su misión y su oráculo particular, 
Adicionalmente a lo anterior y como un anexo, un concepto final que puede ser interesante, pero que al no estar incluido en la entrega original del Encantamiento del Sueño, solo se sugiere, se trata de la energía de gestación y aparejada con ella, el propósito cósmico de nuestro ser espiritual durante esta existencia nuestra.
Finalmente, decir que la energía en el cuerpo humano es como un huevo con cascarón, clara y yema. El cascarón estará formado por los atributos que me otorgan la Luna y el año de nacimiento y por las interacciones que con el medio llegue a tener, por ello mismo debe ser no solo fuerte sino coherente. La clara será toda la información alrededor del núcleo, las fuerzas acompañantes, exceptuando la misión, también estarán allí las resultantes de las interacciones de lo esencial con lo externo que logre penetrar el cascarón e incluso la energía del año en tránsito y sus fuerzas acompañantes. Finalmente, el núcleo estará conformado por la información del Umbral Galáctico, de la misión y de la gestación, por ello se le llama la información primordial que actúa como alimento primario para el ser y está directamente relacionada con el Punto de Luz  (Alma) que nos conecta con la divinidad espiritual y sin embargo, el conjunto hace parte de nuestro todo espiritual, incluyendo, por supuesto, lo material.

¿Qué diferencia a la Carta Natal Maya de la Carta Astral?

En que son dos propuestas diferentes nacidas de dos concepciones diferentes. La Maya ve al planeta haciendo parte de un conjunto planetario, de un sistema solar y como una unidad dentro del sistema sideral del cual recibe influencia y definición. Al ser humano lo ve como un campo de energía  con otros campos, ya sea de otros seres humanos, de la tierra, de los hermanos planetarios o las estrellas. El sistema zodiacal que llamamos tradicional a falta de conocer otro, deviene de la Babilonia de hace 5100 años, fundada en el sistema matemático sexagesimal (base seis y diez: 6, 10, 60, 360, 3600 en sus diferentes posiciones de valor) de un sistema de valores patri-lineales en honor a los 12 dioses del panteón encabezado por Baal (dios oculto de los babilonios en determinado momento de sus batallas con otros dioses, señor de Baalbek, el mismo Marduk o Amón-Ra, egipcio -el carnero, deificado en Karnak- nieto del señor Annú en lengua sumeria -padre de los annunaki- y deificado como Jenum o dios antiguo de los egipcios -el de  los cuernos a manera de tornillo- y como si fuera poco, el mismo Zeus griego y Júpiter romano). De ahí que sean doce las casas zodiacales caldeo-babilónicas, basadas en la supuesta traslación circular del sol alrededor de la tierra que estaría en el centro de todo, inmóvil y hasta plana. Tal era la concepción mesopotámica y posteriormente egipcia que llega a occidente a través de  los ptolomeos. Es interesante tener en cuenta que la antigua ciudad de El Cairo, fue llamada también Babilonia, su protector era Marduk, verdadero hijo del señor Ptah y la señora Hathor (los mismos Enki y Ninharsag mencionados en las tablillas sumerias como los señores del Nilo, el edén occidental, pero que la versión oficial de ahora -inglesa y francesa, bajo el nombre de egiptología- no los reconoce como tal, lo cual no nos ayuda a comprender esa parte vital de la historia, justo de donde deriva nuestro sometimiento al sistema dominante que ya toca a su fin. Ahora ya hemos superado esas acepciones, sin embargo, el modelo astrológico se quedó aferrado a la vieja creencia y de este modelo nació la idea del calendario draconiano en Babilonia, llevado luego a Egipto, Grecia, Roma y finalmente a Paris y Londres. En sintesis, la astrología maya o madre, propone asumirnos desde nuestros origenes estelares como campos de enertgía más que como personas e individuos intentando realizarnos individualmente, de lo cual deriva que lo más importante para el individuo es actuar con el paquete programático que su ser escogió e intentar tener claras las coordenadas del camino de retorno a casa. La astrología caldeo-babilónica asume la materialidad del ser humano como su punto de partida, mira su cielo desde la perspectiva sensorial humana y de la tierra con todas sus posibles faltas, desde considerarse solo en el universo y centro de todo cuanto gira, hasta plantearse su realización al margen del cumplimiento de su propósito espiritual, pues e habla de la realización personal, en ningún momento se tiene en cuenta el componente Espíritu, según esa opción estamos aquí regidos por los planetas y estrellas pero sin un componente intrínsico esencial. Considerarnos en nuestra integridad Espíritu-percepción, mente-emoción y cuerpo, supone abordar conceptos muy subjetivos y actuar según los ritmos con que la ley divina y natural nos codifica, incluso en el mundo material de la química del carbono, base doce. Si actuamos con códigos base doce, las respuestas quedan restringidas a ese rango. La casa menta babilónica aún dominante hoy en día a través del sistema materialista, siempre supo esquivar esta confrontación dialéctica y lo hizo con éxito hasta ahora, época de duros cuestionamientos y de cambios no menos profundos.
El tiempo no es una cosa estándar, no es una simple medida constante como lo ha querido encasillar la ciencia materialista y ratificado por la racionalista, según la cual el espacio contiene al tiempo en sus "dimensiones": largo, ancho y profundo, siendo el tiempo una consecuencia del espacio. Sabemos que el racionalismo está comprometido con la antigua visión plana y circular, siendo como es, el decimotercero de los trece paradigmas del materialismo, que es la casa mental, que ya está al final de su tiempo, como lo afirma la profecía maya. Por el contrario, el concepto maya del tiempo, es tridimensional (vida, sentidos,  mente) y cuatridimensional, el tiempo como cuarta dimensión, habitado por la mente clara del ser humano planetario que ha superado la enajenación de conseiderar el espacio volumétrico (largo, ancho y profundo) como el parámetro determinante. el tiempo es la dimensión donde estamos contenidos, es el océano por el que navega la tierra en evolución, de alli que sea imprescindible aprendere a deducir las verdaderas coordenadas del tiempo acorde a los patrones estelares , puesto que ellos se rigen por la ley natural. 
La ciencia maya afirma, que para comprender quiénes somos, en dónde estamos y hacia donde viajamos, es menester asumir los códigos de tiempo correctos: El Trece, que representa la ley divina que todo ordena. El veinte, que enmarca las cualidades de inteligencia solar. El 18 de interés biosférico por ser el peso atómico del agua. Estos números y sus fractales establecen la base matemática de las proporciones estéticas de la naturaleza y por tanto del tiempo. Sistemáticamente, Babilonia negó y ocultó la ciencia maya (madre) del tiempo, e implantó su propia versión y desde entonces, ha perseguido hasta la destrucción las memorias mayas diseminadas en todos los continentes desde hace como mínimo 5100 años. Por razones como la anterior, podemos deducir que las previsiones de la carta astrológica, teniendo ya en cuenta la actualización de las coordenadas orbitales planetarias suficientemente estudiadas hoy en día, pueden acercarse a la información más externa para un individuo, es decir,  en lo que atañe a la personalidad, al carácter, a ciertas tendencias cíclicas sociales y personales. La carta astrológica, al decir de uno de sus estudiosos, es la visión de la óptica terrenal para seres biológicamente determinados, confinados en las condiciones del planeta. Una muy buena herramienta de aproximación a los parámetros que influencian al ser desde su nacimiento y a través de su existencia, mientras no exista otro código de análisis, que por lo visto no aparece en el horizonte cognitivo hasta el momento. Por otra parte, desde esta aproximación no podrá afirmarse algo relativo al ser espiritual como esencia del ser humano, pues Babilonia y todo su séquito de instituciones partidarias, al negar el trece e imponer el doce, negaron la ley divina y la trascendentalidad del espiritu. Al negar el veinte y reemplazarlo por la matemática base 10 (arábiga), perdieron el nexo con la instrucción Xolar que es la que activa en nuestro ADN la remembranza de lo que somos. Al abandonar el 18 del agua, nos alejamos de la memoria matricial, ya no nos importará contaminar la propia agua para beber y ese es el símbolo de la vida que se purifica, se renueva, que evoluciones hacia la  Luz. Es ahí donde se ha causado un grave daño, nos hemos insensibilizado de la responsabilidad con la vida y con la calidad de vida. El 12 consagra lo repetitivo porque es circular. El trece convalida lo que está en perpetuo movimiento ascendente porque es espiral, nunca se repite, siempre avanza a través de "eternos presentes"
con lo anterior no se pretende demeritar los aportes que en la búsqueda han realizado estudiosos de la Astrología, sus hallazgos no han sido pocos y mal haríamos al ignorar su aporte y su esfuerzo: en verdad, después de siglos y quizá milenios de olvido de los códigos originales, los astrólogos no tuvieron alternativa y bucearon en un océano sin fondo y muchos de ellos creyeron encontrar maneras de deducir caminos espirituales para comprender el sentido de la vida, de la mano de la astrología babilónica y ese intento es loable, más no suficiente. En la antigüedad, Astronomía y Astrología eran una misma ciencia, pero en la medida que el conocimiento se fue haciendo más exhaustivo y requirió capacidad probatoria y demostrativa para los sucesos, la usanza predictiva y adivinatoria con que se ejercía la astrología fue perdiendo credibilidad en las esferas de lo científico. Hoy por hoy están lo suficientemente alejadas como para pensar reconciliarlas, no obstante que la astrología requiere de un sustento astronómico coherente, ésta a su vez desdeña cualquier nexo con aquella. Y no es que el nexo no exista, solo que fue arruinado por una manera errónea de practicar la astrología y por la incoherente insensibilidad de la academia. Al perderse el código de ley natural, las sincronicidades dejaron de serlo y fueron suplantadas con lecturas adivinatorias de sucesos aleatorios que muchas veces pasaban por acertijos teñidos de ambigüedades. La verdadera astrología no se aparta de las leyes naturales, por el contrario, es una expresión de ellas. Si se recuperan los códigos matemáticos correctos, la misma ciencia astronómica volvería a retroalimentarse de su ciencia madre, que no es otra que la maya y entonces podríamos esperar la antedicha reconciliación. El verdadero sentido de la astrología es el de mantener como seres en evolución planetaria la conciencia clara y el recuerdo perfecto del "camino de regreso a casa". Si,  a los reinos de divinidad de donde viene nuestra esencia espiritual y adonde ha de retornar, pero con el valor agregado de lo aprendido y realizado. Ahora tenemos el privilegio de disponer del conocimiento maya entregado a los hijos de esta época, es tiempo de abandonar los códigos que nos alejaron de nuestra naturaleza espiritual o nos hundiremos con ellos, es tiempo de volver a establecer las sincronicidades que se hacen obvias cuando la lente con que se las "ve" es la lente de la ley natural, entregada por los instructores mayas en diversos territorios y épocas y cuyo capitulo final clave fue dejado en América.
En un intento por conciliar de alguna manera las dos propuestas, una muy conocida en los últimos milenios, pero desincronizada con los ritmos naturales y la otra, mucho más antigua pero desconocida para nosotros en las últimas centurias, en sincronía con la ley natural pero que aparece ahora como si fuera nueva, dada su prolongada ausencia. No se trata de abandonar todo lo que nos ha acompañado, cuando de manera sistemática y decidida no hemos asimilado, comprendido y mucho menos puesto en práctica la nueva propuesta por maravillosa que sea. Además, propiamente la astrología maya no ha sido lo suficientemente comprendida. Existe, pero aún se nos escurre. Más lo que si está suficientemente comprendido, expresado y correctamente aplicado es lo concerniente al manejo del Tzolkin Maya o Matriz Armónica Maya de 260 unidades, adosado al ciclo elíptico de la Tierra. Digamos que la astrología aceptada como tradicional, nos ayuda a ubicarnos con las fuerzas planetarias que nos modelan en nuestros aspectos externos, mientras que la Carta Maya, aporta las correlaciones de Tiempo de cuarta dimensión, precisándonos las fuerzas que nos definen como campos de energía, interactuando con otros similares, dentro de otros campos mayores, llámense fuerzas naturales, campos planetarios (solar, lunar o galáctico). 
Un muy breve resumen de las precisiones mayas en este sentido puede ser el siguiente:
-La ley divina consta de trece principios y siete leyes.
-La inteligencia solar se manifiesta a través de veinte arquetipos que son la base matemática, los metalenguajes, los software de frecuencia solar.
-El zodiaco de nuestra galaxia consta de trece casas vistas desde Alcione, sol central de las Pléyades, sistema solar en el que estamos.
Las casa zodiacales en la tierra son mera resonancia de las galácticas, y por tanto, deben ser asociadas a las trece lunas de 28 dias de cada año.
El giro elíptico de la tierra tras de su sol, para esta época inicia con el paso cenital, que corresponde al 26 de julio como lo registraron los aztecas en su momento, desde 1499 de la cuenta vaticana.
-Con el final de este ciclo de 5200 tun en diciembre del 2012 gregoriano, la tierra termina el ciclo biosférico, iniciando su ciclo noosférico de mente planetaria (era Psicozóica) y la humanidad puede graduarse en la constitución de su tercera corteza cerebral Men. Mente de Águila, e iniciar la estructuración de la cuarta y última mente solar o crística.  
-Durante el último Katún de la cuenta regresiva (1992-2012), la tierra misma degrada todo aquello que no está en fase con su resonancia y por tanto, el sistema babilónico materialista se autodestruye, quedando lo que de él sirva para logros posteriores, eso lo define la ley natural.
-En Amerrikúa, la tierra del viento, del espíritu, son dejadas las últimas claves para que sus hijos las aprehendan, las compartan con sus hermanos de otras razas y culturas, porque siempre fueron como los dedos de la mano, diferentes en función y forma, pero unidos en un mismo propósito.
-Antes del final de este ciclo no se profetizará sobre el siguiente más allá de lo que el Maestro de Maestros ya enseñó y reveló con sus tres mensajeros. 
-Todos en estos mundos somos viajeros del tiempo y todas las claves para el despertar son claves en tiempo de cuarta dimensión, la más sutil entre las nueve dimensiones de Inframundos. 
Así presentada, la Carta Natal Maya es la entrega más aproximada para que cada hijo de la tierra en quien asome el llamado de la conciencia, reinicie su senda, recordando quién Es, para qué está aquí y ahora, que energía le nutre y le recupera su don guerrero. Cuales los portales de su campo energético, cuáles sus fuerzas aliadas y el porqué y para qué de sus talentos, gustos, habilidades, tendencias, dones y virtudes. De sus debilidades, carencias y sombras. El porqué y el rol que cumplen las personas de su alrededor. Éstas y, con seguridad, otras preguntas podrán resolverse y verificarse con tu Ser íntimo. Ahora solo depende de ti. Tu carta habita en ti desde el nacimiento, grabada en tu disco duro propio. La estrella interior que llamamos Alma y lo más importante es que podemos recordártela ahora, o más aún, tú mismo puedes aprender a ingresar a estos archivos.

"In La'kech. A laken" (Yo soy tú, eres otro yo)