La vida no es hoy... ni mañana... ni ayer... Es todo eso, unido en un continuo presente. La vida ES. ¿Todo? ¿Nada? Una forma de saberlo es abrir el corazón para aprender a vivirla.
Mis relatos
¿Cuántos
poemas quedaron en mi pensamiento, ocultos en el fondo de mi mirada,
como abortos callados, clandestinos, que no se vieron reflejados en la
palabra?
Hice
poemas al día y a la noche; el sol, la luna y las estrellas; a la
fuente, al río, las cascadas, lo árboles, las flores, los frutos y la
tierra. Canté al fuego, al viento, al amor, a la vida... Más todos
quedaron ahí, sepultados en el olvido del momento y en la tenue caricia
de la brisa.
Las
campanas de la Iglesia, marcando la hora, me traen de nuevo aquí, a
este lugar donde me habito. Y no sé si la vida me sonrie y me abraza o
soy yo la que le abrazo y le sonrío.
Y
pienso en los poemas que otros poetas guardaron en su mente, ocultados a
los ojos que los ven y a la voz que les hace vibrar y les pone
melodías. Todos quedaron agazapados, escondidos como niños asustados,
cantándole al amor, a la vida...
El tiempo los engulle y se olvida su presencia.
Hay otros versos, otras palabras, otras miradas, otros poetas.
UN MUNDO DISTINTO
Hay un mundo lleno de mundos donde la dualidad no existe. Donde todo Es con las diferencias de cada uno. Un mundo amoroso y perfecto que es creado y que se crea en cada momento. Donde todo es distinto: el tiempo, el espacio, el movimiento, la comunicación...nada tiene que ver con aquello a lo que estamos acostumbrados a ver y a experimentar. Describirlo sería como querer decir como huelen las rosas. Cada mundo que lo compone tiene su propia esencia, aunque hay algo en común: la energía. Algo distinto y a la vez igual en cada uno de ellos. Te desplazas de un sitio a otro y sin embargo tienes la sensación de que no es tu cuerpo el que se mueve. La palabra es fluida y parece que tus labios están sellados con una sonrisa. Los edificios son condensaciones de energía blanca y luminosa que te llevan a otro espacio diferente de aquél en el que te encontrabas. Son mundos de colores. Tantos, como colores hay en el Universo y me faltan las palabras para describirlos, a no ser que me limite a aquellos que ya conozco y que puedo ponerles nombre. En cada uno de ellos la actividad es distinta, aunque todos se complementan. Hay un espacio común desde donde puedes acceder a cada uno de ellos, custodiado por el guardián del lugar, por llamarlo de alguna manera. Un lugar diáfano, amplio, de altas y gruesas columnas de un material parecido al marmol blanco con vetas algo más oscuras y grandes vidrieras en la parte más alta por donde todo se llena de luz y de una especie de neblina clara por donde te vas adentrando a cada uno de estos mundos. El suelo parece un tablero de ajedrez y entran ganas de saltar de baldosa en baldosa como si estuviese jugando y yo fuera el peón, el alfil, la torre, el caballo, la reina y el rey. Me convierto en visitante de estos mundos. En algún momento pensé que sería bonito verlos todos, y aquí estoy. Miro mis pies, que los veo inmensamente grandes, aunque no distingo mis dedos, todos recubiertos de algo blanco, un blanco nacarado, casi transparente, que se desdibuja y sus limites no son concretos. Será porque aún no estoy dentro del todo. ¡Sigue adelante, exploradora! Me digo en silencio. Todos los seres que veo son azules, yo me miro y también me veo de ese color, como si fuese mi piel que ha cambiado o un traje ceñido que se une a mi cuerpo en una simbiosis perfecta. Hay un grupo de niños que juegan a la pelota, algo que me empieza a extrañar porque no la veo por parte alguna y aún así, sé que están jugando con ella. Hacen un circulo perfecto y una bola de energía va pasando de uno a otro. Me acerco a uno de estos niños y sus ojos me llaman muchisimo la atención. Unos ojos inmensamente grandes, claros, donde brilla la inocencia y el amor más auténtico. Unos ojos donde puedes sumergirte y contemplar desde ahí todo el universo. Donde el alma se asoma y se muestra desnuda y clara. Sigo adentrándome en esta especie de laberinto de luces que brillan sin deslumbrar y que hacen de este lugar algo mágico. ¡Hay tantas preguntas que quiero hacer! ¡Tanto que aprender! Quizás ellos puedan darme las respuestas que necesito para aclarar circunstancias de mi vida, ahora, en otro lugar donde el tiempo y el espacio existen. Aquí no me siento fuera de lugar, estoy arropada por todos estos seres y tampoco soy una extraña para ellos. Todos los que venimos nos integramos y nos sentimos uno con ellos. Me acerco a alguien y le pregunto: -¿Dónde estoy?, ¿qué lugar es éste?, ¿es lo que llaman cielo? Su risa es clara y contagiosa. Debo parecerles muy ignorante, pienso. Me mira y sonrie. Y ahí me doy cuenta de que aquí solo con pensar lo que quieres decir es suficiente. La contestación no tardó en aparecer. -¿El cielo? No. Este no es el cielo que vosotros creeis que existe. Este no es el cielo que os habeis inventado. - Y entonces ¿dónde estoy? Debería sentirme inquieta ante algo que desconozco y sin embargo estoy muy tranquila. ¿Me he contagiado de la quietud del lugar? Creo que si. -Este es el mundo donde todo se crea, desde donde puedes observarlo todo. Me quedo un tanto absorta ante esa respuesta que viene de no sé donde, pero que escucho con nitidez. Sigo paseando y descubriendo paisajes inmensamente bellos. Ante mi veo un jardin con una amplio camino y a un lado y otro distintas flores, todas de color azul en todos los tonos imaginables. Me llaman la atención algunas que se parecen a lo que conozco como rosas, azaleas, jazmines... Y me doy cuenta de que solo pensé en ver un jardin lleno de flores. Aquí está con solo pensarlo. Eso no quita el que pueda oler un aroma que traspasa todos los sentidos. Mi mente está vacía de pensamientos. Han dejado de existir y esa sensación me gusta. Solo observo y me observo en este mundo distinto y mágico donde reina la armonía y donde Yo Soy. Sin más. Veo algunos seres que parecen adultos, más altos y pienso que podría preguntarles a ellos, quizás me den la respuesta que busco. ¿Me han leido el pensamiento? Sin mediar palabra me sonrien y me dicen que no es el momento. Vuelvo y vuelvo a preguntarles como si fuese una niña, pero solo rien y sigo escuchando: -Aún no es el momento. Te llegará cuando estés preparada para saberlo. Y ahora es tiempo de volver al espacio y al tiempo en el que habitas. Todo se desvanece y vuelve esa mente que intenta explicar lo que no se puede y que ante eso, solo piensa: ¡vaya historia que me he montado! ¿Fué verdad?¿Fué un sueño? ¿Fué imaginado?¿Por qué no les pregunté como se llamaban? ¡Qué más da! Me quedo con las sensaciones y los sentimientos acumulados dentro de mí. La inocencia, la paz, el amor y la mágica alegría. Y sobre todo el permitirme Ser. Gracias, gracias, gracias
Nada
existe por sí mismo. Todo existe en relación con los demás seres. Yo soy en
relación con los demás: con mi familia, con mis amigos, con mi pareja, con los
animales, con las plantas que me rodean, con la ciudad donde vivo, con el
planeta donde habito. Sin todo eso, el Yo soy no existe. No hay nada. Solo vacío. Y en ese vacío está toda la creación creada y por crear, en esa
oscuridad absoluta nace la luz. Todo se crea y es creado desde ahí. Todo viene
y vuelve al vacío, a la Nada.
Eso
soy en realidad. Vacío. Nada. Que creo y me creo en relación a lo que me rodea
y a quienes me rodean. Todo está en mí, el vacío más absoluto y la creación
entera. Soy solo una proyección de aquello que quiero mostrar, que quiero
experimentar, tras la máscara que adopta mi espíritu, habitante de la Nada, a
través de mi cuerpo.
Foto: Miguel R. Rivas
Somos solo pequeños reflejos de un gran
sol, pequeños soles que al atravesar la luz nos miramos unos a otros como los
espejos que reflejanlaúnica
luz que hay. Nos creemos separados porque nos vemos separados, nos miramos y no
nos reconocemos porque miramos nuestra unicidad, no vemos más allá. Nos
dividimos en inconsciente, subconsciente y consciente; el tiempo en pasado,
presente y futuro y no nos damos cuenta de que todo esto es nada porque vivimos
un sueño en el que permanecemos dormidos y ahí nada tiene sentido. Mientras que
no veamos más allá del sueño, de la ilusión de los sentidos, no veremos quien
realmente somos.
Veo el sol que se refleja en el mar y
crea una estela de estrellas luminosas que van y vienen, un camino de luz que
viene de él y va hacia él. En realidad esas estrellas, esas luces son pero solo
son el reflejo de la luz que se descompone en contacto con el agua, con el
aire, con mis sentidos. Nada son sin todo eso. Y siento que si yo soy luz ¿cómo
puedo venir de la luz e ir hacia la luz? ¿Cómo puedo buscar el camino, si yo
soy el camino? ¿Cómo puedo buscar e ir hacia lo que Yo Soy?
Como es arriba es abajo y todo es
semejante. Así nosotros somos luces, unas más separadas, otras más unidas en el
camino que somos, todas brillando con distinta luz, en distinto e igual lugar,
pero solo somos el reflejo de nuestro auténtico ser, que es único para todos.
El mismo. Ahí no hay consciente ni inconsciente, ahí hay solo Ser, único, sin
luz ni sombra. Todo es reflejo donde él se ve. Nada somos sin él y él no es
nada sin nosotros. Ese ser se da a todos por igual, sin condición, porque Él
Es, y lo sabe. Él es todos y todos somos él. Somos nosotros quienes nos creemos
diferentes quienes lo separamos todo para poder entender sin darnos cuenta de
que nada hay separado de nada. No somos lo que creemos, solo somos lo que Somos,
lo que está fuera y lo que está dentro, la luz y la sombra, lo bueno y lo malo,
el yin y el yang, el agua, la tierra, el fuego, el viento…Solo somos el gran
reflejo de nuestro auténtico y único Ser.
El Laberinto
Primera parte
¡Creta queda tan lejos y yo me siento tan sola!
Perdida en el Laberinto, solo veo ante mí los bojes que me rodean y lo árboles que son más altos que ellos y que alcanzo con la mirada, pero están mezclados y no me ayudan a distinguir el camino de vuelta a casa. Paseo día a día por estos caminos que mis pies han ido haciendo minuto a minuto, momento a momento y lo observo todo. Ha cesado la rabia y la desesperación de sentirme perdida en esta tierra de nadie. Ha cesado la tristeza de esta soledad y la alegría ante un nuevo rincón descubierto. Solo hay calma, paz, acompañada por el suave trino de los pajarillos que vienen a visitarme y que me permiten acariciar su colorido plumaje, o las mariposas que aletean ante mí y se posan con dulzura sobre mis manos.
A veces, en las esquinas, siento que las musas me susurran bajito al oído. Las conozco a todas por sus nombres, por su perfume o por la melodía con la que me envuelven, como si fueran brisa. La voz de Caliope es dulce y me gusta escucharla al igual que a Clio cuya voz resuena más profunda. Erato me traspasa con sus bellos poemas, Urania me lleva a conocer otros mundos mientras me muestra las estrellas. Cuando escucho la música en el viento siento que Euterpe está cerca. A veces viene acompañada de Terpsicore y ante su presencia, mi cuerpo se mueve en una danza sencilla y majestuosa. Pero también sé que no puedo quedarme a su lado mucho tiempo porque me atraparían como el canto de una sirena y no podría salir de aquí. Aún así me gusta escucharlas, porque alguna vez me dan una pista para avanzar un poquito.
En los días nublados, el recuerdo de todo aquello que fui viene a visitarme: mi familia, mis amistades, mi ciudad... ¡Todo queda tan lejos! Hasta que la lluvia poco a poco me traspasa, limpia mi añoranza y me devuelve al lugar exacto en el que estoy. Ahora son los tenues rayos del sol los que le devuelven el calor perdido a este cuerpo cansado. ¡Todo es perfecto!
Segunda parte
No sé como entré aquí, ni como he llegado a este lugar en el que me encuentro. Solo sé que sucedió. Vi un jardín tan hermoso que quise pasear por él, adentrarme en sus secretos y compartir esos otros que había en mi interior. Desde fuera no parecía un laberinto ni había nada que lo indicara, solo era un hermoso jardín. Lo sigue siendo. El hecho de verme atrapada en él no le resta hermosura, aunque algunos días reniegue de esta situación, sobre todo al principio, cuando me di cuenta de lo que sucedía. Poco a poco he ido aprendiendo a amarlo, a hacerme una con cada seto, con cada árbol, con cada flor, con todo lo que es y con todo lo que me muestra, el miedo se ha ido disolviendo con el transcurrir del tiempo.
Recuerdo que al entrar no traía nada, más que las llaves de casa en un bolsillo y un chal de suave hilo sobre mis hombros casi desnudos. ¡Qué lugar tan agradable! Pensé ¿Cómo no lo he visto antes? Después me arrepentí de este pensamiento cuando la desesperación empezó a apoderarse de mí.
El día a día fue una lucha constante en ese primer tiempo, ahora comprendo que la lucha era conmigo misma. Todo parecía en mi contra.. De día me asustaban los pequeños insectos, las abejas que se posaban en las flores y que yo veía como enjambres dispuestas a acabar conmigo. De noche eran los pequeños roedores los que me sacaban de mí y gritaba como si fuera su manjar para ese momento. No tenía nada que comer o al menos yo no lo veía. No tenía agua que calmara la sed producida por tanto esfuerzo. No encontraba la salida y solo podía andar, correr sin saber por dónde ni hacia dónde, pero sentía que solo podía continuar hacia adelante. Así llegué al centro donde la oscuridad era absoluta, donde el miedo hizo mella y se apoderó de mi alma. Recordé las historias que me contaban de niña donde un Minotauro devoraba cada cierto tiempo a catorce jóvenes, siete mujeres y siete hombres, Hubo un momento en que le vi. Pude ver tan cerca de mí aquella boca abierta llena de dientes fuertes y grandes que hasta casi olía su desagradable y fétido aliento. Me devoraba, me tragaba sin remedio y grité y lloré pidiendo ayuda al cielo, pero no había nadie, solo yo, ante lo que parecía una cueva tan oscura como el abismo más negro y que desató toda la oscuridad que yacía en mi interior, hasta que me rendí y me di cuenta en un atisbo de cordura o en momento de lucidez, o… que el miedo no era el camino.
Tercera parte
Esta es la señal que alguien muy querido espera. En el día y a la hora
indicada que hace tiempo programó. Solo me queda agradecer el compartir
y seguir brindando mi amor sin condiciones. ¡Todo es perfecto!
Fue entonces, en ese amanecer, cuando me despojé del chal que me cubría y al que me agarraba con fuerza, como si fuese un talismán que me librara de la derrota en la batalla, y empecé a sacar un hilo de él que até con cariño al árbol que había ante mí. Era un árbol grande, robusto, de tronco grueso y ramas fuertes. Sus hojas eran de diversas tonalidades, al menos así las veía en aquel momento en que el día comenzaba a despuntar y los rayos de sol daban nueva vida a todo. Estaba lleno de flores y frutos diversos que jamás había visto. Llevaba tanto tiempo sin nada que llevarme a la boca que alargué mi mano y cogí uno, el más cercano. Tenía un color verde y rosado al mismo tiempo. Di las gracias por semejante presente y lo mordí con delicadeza. En todo mi cuerpo sentí y saboreé aquel manjar agridulce que me llenó al momento de fuerza, de vida, de calma. Abracé su cálido tronco y luego me senté en la tierra con mi espalda pegada a él y disfruté de su hermosura, de su belleza. Olía su aroma, escuchaba en el silencio su voz y en esos momentos dejé de sentirme sola.
No sé cuánto tiempo permanecí junto a este árbol al que cariñosamente le llamé Corazón, porque había devuelto al mío el latir acompasado. Pudo ser un día o una semana, el tiempo había dejado de existir para mí. Empecé a recordar los momentos que más se habían incrustado en mi alma desde que era una niña, los buenos y aquellos en los que había traspasado el límite del dolor. Con mis manos empecé a escarbar un hoyo en la tierra y lloré con desconsuelo, con rabia y con alegría. Y lloré lluvia y escarcha y lloré mares y ríos hasta caer rendida, exhausta y coloqué la tierra en su lugar. Y allí soñé la Vida. Cuando desperté, solo tuve que abrir mis manos para coger el nuevo fruto que el árbol me ofrecía. Sentí su energía en cada bocado, saboreé su color y su textura. Le habían brotado nuevas ramas, nuevas flores y nuevos frutos dándole aún mayor belleza. Me acerqué, le hablé de nuevo despidiéndome de él con las palabras que brotaban desde mi interior, sabiendo que siempre estaría en mí como yo ya estaba en él, besé su rugoso tronco con gratitud y empecé a andar, ahora sí, con tranquilidad, sabiendo que lo peor ya había pasado.
En aquella noche oscura, algo cambió dentro de mí. Dejó de importarme si el día era gris lleno de nubarrones o era soleado, si el viento azotaba mi cuerpo o solo lo acariciaba. Me daba cuenta de que todo era un instante y luego pasaba. Aquél laberinto tampoco sería eterno. El chal cada vez era más pequeño. Su hilo, casi transparente, iba marcando el camino para no pasar de nuevo por el mismo lugar dando vueltas sin sentido. Caminé y caminé disfrutando cada paso y sentí como el lugar me hablaba mostrándome el camino de regreso. Vi lo que nunca había visto, escuché lo que nuca había escuchado y me sentí una con el lugar. Solo quedaba un pequeño trozo de hilo en mis manos cuando una suave y fina lluvia comenzó a caer y sentí como limpiaba mi alma. Tras las nubes blancas como la nieve se dejó ver un claro cielo azul infinito y los rayos de sol se mezclaron con las gotas de lluvia y las lágrimas que rodaban por mis mejillas formando un hermoso arco iris, esa era la entrada-salida. Me di la vuelta con calma y vi como el hilo se disolvía sin dejar rastro, ya no lo necesitaba. Había vuelto a ser yo y llegaba de nuevo a Casa. Una rosa se desprendió de su tallo y la cogí al vuelo. Agradecí el presente con una sonrisa. El laberinto era yo y yo era el laberinto. Todo quedaba atrás y todo estaba ante mí.
Un mundo nuevo
Hay días, cada vez más, que me sorprendo de lo maravillosa que es la Vida y de lo bello que es vivirla. Así, sin más. En este hoy eterno donde se conjuga el pasado y el futuro. Todo está aquí, en este momento, en este lugar. No hay que hacer nada, solo vivir. Imaginaos que el dinero no es necesario, más aún, que no existe. ¿Os lo imagináis? Pues seguid haciéndolo y entonces veréis que nada es necesario, solo lo hacemos necesario, pero, en realidad ¿lo es? Esto es lo que nos han enseñado con el mejor de los propósitos, porque así fue enseñado, pero…¿y si lo cambiamos? Un mundo donde todo es de tod@s. Un mundo donde el puesto de trabajo no te da dinero y el dinero no te da poder. Un mundo donde haces aquello que sabes y que te hace sentir bien, no porque lo necesitas para poder vivir. ¿Te gusta cuidar el campo, el huerto? Hazlo. No para ti, para tod@s, Y seguro que lo cuidarás con esmero y con mimo y las semillas brotarán como nunca lo han hecho. ¿Te gusta la construcción? Diseña, haz, hermosas casas cuidando los pequeños detalles, porque te gusta, porque te hace sentir bien…para quien las necesite. ¿Te gusta la enseñanza? Serás el maestro o la maestra, el profesor o la profesora mejor capacitad@ para esa tarea, solo porque es lo que te gusta. Te gusta coser, limpiar, bailar, cantar, actuar, pintar, cocinar, escribir, conducir…hazlo. Solo porque es lo que te gusta, lo que te llena de felicidad, aquello con lo que disfrutas. Lo que te hace sacar de tus adentros a ese Ser de puro Amor que llevas dentro. No hay status, no hay poder, no hay necesidad…solo gozo, solo paz y alegría. Solo imaginarlo es vivirlo. Y…es realmente maravilloso.
Si, ya sé, parece un sueño, pero a veces…los sueños se cumplen
¿Qué es la Vida?
Y hoy vuelvo a preguntarme: ¿Qué es la Vida? ¿Una ilusión, un sueño…? Si, para todos aquellos seres que aún permanecemos dormidos, así es. Siento que la Vida es algo más. Los espejos que me muestran aquello que necesito ver en mi están fuera porque aún estoy dormida. Y me da rabia cuando veo las mentiras cercanas a mí, hasta que me doy cuenta de que mi vida es una pura mentira, que me miento a mi misma creando ilusiones que imagino ciertas y les doy apariencia de realidad, fabrico historias ficticias y creo que son verdad. ¿Qué es todo este mundo que veo sino una ilusión? Traemos hij@s al mundo y seguimos dándole vida y les enseñamos lo que es una casa, una silla, una mesa… y seguimos perpetuándola. Este mundo ilusorio necesita de tod@s para seguir existiendo. Hay una ilusión común y otra propia, esa que cada quién fabrica a su medida, digna del mayor respeto porque es la forma en que vive lo que ve, o lo que cree que ve. Sueño con los ojos cerrados y sueño con los ojos abiertos y no sé qué mundo es más ilusorio. Toda una vida viviendo ilusiones y de ilusiones. El espejo del pasado se rompe y aparece un nuevo espejo que es una nueva ilusión, que no deja de ser una mentira más. ¿Dónde está la frontera entre lo real y la ilusión? Quiero ver la realidad. Quiero ver la vida con una mirada nueva. Hasta ahora la vi con los ojos de la niña que aprendió a través del miedo y de la soledad, que no le cuadraba lo que veía y lo que sentía y que quería volver a Casa donde todo estaba bien, donde el Amor la arropaba y la llenaba por completo, pero olvidé que todo está en mí. Mis ojos dicen que ya quieren ver con otra mirada. La mirada de la niña inocente que me habita, sin gafas, sin velos. Dejo de estar enamorada de la vida y de todo cuanto la contiene, porque el enamoramiento es una ilusión más. ¡Ver la vida de color rosa! Y los otros colores…¿dónde se quedan? Cuando esas gafas se caen o los cristales se rompen, creo que la vida, las personas, las situaciones…me mienten. Soy yo quien se engaña, porque tod@s y todo es tal como es, no como yo creía y quería verlo. Y cada quien ve la vida de una manera, depende del color que coja para sus gafas enamoradas.
Por eso ahora, quiero y aprendo a Amar la Vida, porque amar es conocer, respetar, aceptar a tod@s y a todo tal como Es, mirarla con la inocencia de la niña amorosa que también está en mí, con confianza, con alegría, con pasión. Me rindo y acepto la Vida y al Espíritu que la habita, sin juicios, sin luchas, y danzo con ella. La Vida Es, solo Es y Yo Soy, solo Yo Soy…
Reinventándome
Estoy en el punto de reinventarme de nuevo.
Todo aquello que me enseñaron y en lo que creí durante tanto tiempo se ve desmoronando y cayendo por su propio peso. A veces me puede la rabia por ser tan crédula, otras me invade la calma más absoluta, a veces me rindo y me dejo llevar y a veces me levanto y lucho contra mis propios molinos de viento. Lo veo todo absurdo, vacío, extraño y también me siento absurda, vacía y extraña para conmigo misma. Siento como si el suelo se abriera a mi paso y estuviera dando pasos en no sé dónde, si es que en realidad los doy. Es como cuando pones fichas de dominó haciendo alguna figura y de pronto una ficha cae y a su caída le siguieran todas las demás hasta no quedar ninguna en pie.
Todo es pura ilusión, todo es puro cuento, todo es mentira, y ahora…qué…
Hasta no hace tanto creí en ese Dios Padre que está fuera de mí, que te ve desde arriba y que te premia con el cielo si te portas bien y con el infierno si no lo haces. Un infierno lleno de llamas con un ser diabólico todo rojo con cuernos y rabo que te pincha con un tridente. Y un cielo azul con un suelo blando formado por nubes esponjosas y limpias, todo lleno de ángeles y seres bondadosos. Esa era la imagen. Y creí en la Biblia, en la sociedad, en el bien y en el mal tal y como me lo habían pintado, en la pareja, en el Amor a l@s demás (no a mí misma, porque eso era egoísmo…y al infierno derecha), creí en la vida y en la muerte, en el pecado y en la culpa. Creí, de verdad, en que Jesús, Buda y todos los demás, eran seres que habían existido realmente, que cada uno de enero comienza un nuevo año, que puedo confiar en lo que me dicen porque es la verdad del otr@ y nadie puede mentir con conciencia, que la serpiente era mala, que…
Y de pronto empiezan a caer las fichas de dominó, los velos que tapaban todo, las gafas llenas de cristales que en vez de ayudarme a ver lo impedían. Y se me presenta la sociedad y sus normas como una forma de mantener a las ovejas dentro del rebaño (y cuidadito con pensar o sentir por ti misma) que la pareja se creó solo para manipular y controlar los nacimientos de nuevos seres, que la sexualidad la ponían tan mala para controlar nuestra energía y nuestra creatividad, entre otras cosas, reduciéndola a los genitales cuando abarca desde la punta del pie hasta el último pelo de la cabeza y está dentro y está fuera, que me ayuda a conectar conmigo misma y con la sabiduría que me habita. Y se me presenta la religión y lo que me hicieron creer al pie de la letra y veo que toda ella está basada en mentiras, o mejor, en memorias ancestrales desvirtuadas. Que el 25 de diciembre se celebra el nacimiento del Sol después de estar tres días, del 21 al 24, parado en el horizonte, de ahí los tres días de oscuridad. Que Eva no nació de la costilla de Adán sino que ambos fueron ¿experimentos de laboratorio? Que el año, como la tierra o el agua, no tiene límites y no empieza ni acaba en ningún sitio, que Semana Santa no es lo que me enseñaron y la fiesta de San Juan es otra cosa y no precisamente la quema de la bruja, que la bruja es una mujer sabía y no una mujer mala, como tampoco lo es la puta. Que la serpiente no es la que miente y te hace salir del paraíso sino la que te abre a la consciencia para que puedas discernir entre uno y otro conocimiento, que ese dios que veía fuera está dentro de cada ser que habita el Universo, de ahí que puede ver todo lo que hago, pienso, digo y siento. Que nadie me culpa y a nadie perdono si no es a mí misma. Que amo a través de mi y cuando lo hago a través del otr@, lo esclavizo y me esclavizo. Y se me presenta la política y lo medios de comunicación como una mentira más adornada de bellas palabras, cuando son manejadas desde la sombra por quienes realmente tienen el poder basado en el dinero. Que política y religión, entre otros, nos controlan a través del miedo, nada mejor para que no nos salgamos del redil.
Y se me presenta la Vida y la Muerte como solo una ilusión más, al igual que la Palabra, la antigua forma de pensar o la de la Nueva Era.
Todo es ilusión, todo es mentira, todo es una farsa que me lanza a un abismo desconocido, donde nada se sostiene. Estoy cansada, agotada, perdida…Todo es mentira…incluso todo lo que aquí digo, todo es una ilusión.
Y ahora… ¿qué? ¿Qué o quién soy, que hago aquí, si es que yo o el aquí existe? ¿Qué es todo esto? ¿Cómo despertar de este sueño en el que me veo metida?
Y ahora… ¿qué?
Solo me queda reinventarme. Pero tranquila, todo será de nuevo una ilusión, todo será de nuevo mentira. Solo un sueño dentro de otro sueño, dentro de otro sueño…
Hoy me confieso
Hoy confieso haber vivido una vida que no era la que
deseaba pero si la que acepté vivir en algún momento.
Hoy confieso haber sentido alegría, paz, amor y también
angustia, miedo, rabia, dolor, celos, que he mentido aunque
sea en lo pequeño, que el orgullo a veces me ha podido, que
he juzgado en el momento, que he manipulado a los demás
en mi inconsciencia creyendo que hacia un bien con ello.
Hoy confieso que he tropezado una y mil veces en la misma
piedra creyendo que algo había aprendido con cada
tropiezo.
Hoy confieso que he permitido que roben mis sueños, mis
ilusiones, mis deseos, que me aparten del camino que creí
que traía y de la información para recorrerlo.
Hoy confieso que he puesto a l@s demás antes que a mí y
que he recorrido este tramo de vida viviéndola a través de
ell@s, renunciando a mí a cada segundo, siguiendo unas
normas aprendidas y respetadas sin pararme a pensar si
me eran válidas o eran puro cuento.
Hoy confieso que me he escondido tras máscaras de alegría
cuando lloraba por dentro, tras máscaras de calma cuando
la rabia me ahogaba, tras máscaras de mujer valiente y
fuerte cuando la soledad me podía…
Hoy confieso que he permitido que manipulen mi mente, mis
emociones, mis sentimientos.
Hoy confieso que he permitido en mí la violación, el
maltrato, la humillación…lo he permitido, lo confieso.
Hoy confieso que mi vida fue una lucha por lo que veía
fuera, en vez de aceptar y mirar hacia dentro, que los
monstruos de mil cabezas solo están en mi pensamiento,
que los ojos tras los que miro solo ven en los espejos su
reflejo y que el deseo de volver a Casa, a veces tan
intenso, es que añoro el recuerdo de lo que Yo Soy en un
mundo que no entiendo.
Hoy confieso que me he encontrado sin raíces con las que
anclarme a la tierra y con las alas rotas, como un pájaro
herido, para poder volar en el cielo.
Hoy confieso que he permitido que cierren mis puertas, que
mi energía se agote, que mi luz se apague, hasta verme
como una estrella roja y muerta en el firmamento.
Hoy confieso que he dado a la muerte todo el equipaje que
traía puesto, que he dado a la ilusión mis ropas pues nada
tuve y nada tengo, nada era y nada soy, y tal como vine así
me vuelvo, desnuda y ligera de equipaje como la tierra,
como el fuego, como el agua, como el viento.
Hoy confieso que todo fue una ilusión. Nada tengo, nada
soy, por lo tanto nada gano y nada pierdo.
Hoy confieso que es el Amor el que me trae, hacia él voy,
de él vengo, en él Soy. Y me pregunto: ¿Hasta dónde soy
capaz de amar? ¿Hasta dónde a él me entrego? ¿Cómo
poner corazas, muros donde él me habita? Solo con él vibro
y me relaciono, en más o en menos.
Hoy confieso que solo bendigo lo vivido y que solo puedo
decir: Gracias. Te amo. Perdóname. Lo siento. Me perdono.
Me amo. Gracias.
Gracias Amor, hacia ti voy, de ti vengo, en ti Soy…
Hoy me confieso.
Cine-Forum. Granada. 2011
La vida empieza hoy
Buenas tardes a todos y a todas.
Antes que nada, gracias al equipo del Instituto de Sexología
Al-Ándalus, por acordarse de mí en esta ocasión, y a todas las personas que
habéis hecho que con vuestra energía y vuestro trabajo, éste evento sea posible.
Ver esta película, me ha hecho reflexionar y recapitular
algunos trozos de mi vida. A veces, la edad interior no corresponde con la que
figura en nuestro D.N.I. por lo que hablar de la sexualidad en la madurez, para
mí, es todo un tópico de los muchos que
hay en nuestra sociedad.
Creemos que la edad y el deseo o el sexo andan de la mano en
según qué limites que la sociedad en la que vivimos nos ha marcado, y en esos
límites no entran ni la infancia, ni la madurez, ni las personas discapacitadas
entre otros. La hija de una amiga, me decía hace poco que no hay personas
discapacitadas sino sociedades discapacitantes. Desde hace trece años trabajo
como auxiliar de enfermería en una residencia de gravemente afectados y os
puedo decir que para estas personas, quienes tenemos discapacidades somos
quienes nos creemos “normales”. Ellos y ellas hacen las cosas con naturalidad,
y son felices, en su mundo, pero felices. No podemos decir lo mismo cuando lo
natural se convierte en algo que hay que ocultar, cuando la felicidad, la
alegría, la sexualidad, y tantas otras actitudes, emociones, sentimientos, tenemos
que buscarlos fuera de nosotros-as porque no nos permitimos llevarlos dentro,
cuando creemos que con sesenta, setenta años…es imposible desear estar con otra
persona para compartir algo más que caricias, abrazos, miradas, sentir esas
mariposas en el estómago, disfrutar de nuestro cuerpo en compañía, o darnos todo
eso a nosotros-as mismas.
En “La vida empieza hoy”, me he visto reflejada en más de una
de sus historias. Quizá por la educación recibida, he sido en algún momento de
mi vida, Juanita, fría, distante, sin querer oír ni hablar de algo que
contuviera en su expresión la palabra “sexo”. Fiel a un hombre, a un nombre, a
una historia, fiel a aquello que las demás personas esperaban de mí, negando mi
cuerpo y sus sensaciones y por esto dejando de ser fiel a alguien más
importante, a mí misma.
Recuerdo el día que mi hija, de 19 años, más o menos por
aquél tiempo, me dijo que quería hacer un Máster de sexología. En ese momento
pensé para mí: tierra trágame. No le dije que no abiertamente pero: y para que
quieres hacer eso, para que lo necesitas, hay otras cosas que puedes hacer… Si
me hubiese dicho que quería hacer otra cosa, habría sacado tiempo, horas de
donde no existían para pagarle el curso, pero ¿de sexología? ¡Venga ya! El
Máster se lo trabajó ella solita, algún mes que le faltó, le ayudé, pero muy
poquito en realidad. Cuando venía y hablaba conmigo o con sus hermanos de lo
que se decía en él, yo me sonrojaba y me iba a otro sitio, siempre tenía cosas
que hacer. No os cuento el primer día que entré con ella en un sex-shop, ¡de
película! Y ¡Quién me iba a decir entonces que también acabaría haciendo el
primer nivel de ese Máster, y que sería un regalo que mi hija me hacía! Y
¡Quién me iba a decir que hablaría de sexualidad y de sexo con la mayor
naturalidad del mundo!
Me he visto reflejada también en Alfredo, el hijo de Julián,
y en tantas personas que piensan como él o como su pareja, Julia, o… Casi a los
setenta años mi padre volvió a enamorarse, y yo pensaba que si ya me sentía
mayor con treinta y pocos años para según qué cosas, él solo podía querer
compañía, solo eso. En ese tiempo estuve trabajando en una residencia de
ancianos y alguna vez al ir a colocar la ropa en los armarios, tuve que salir
sin hacer ruido. Es cierto que esto pasaba más en los hombres, pero también
sucedió alguna que otra vez en mujeres. ¡Eso era raro, muy raro! ¿Estarían
bien?
Por aquél tiempo, tener fantasías eróticas, acariciarme… Eso
era pecado… mortal.
Y hago el Máster, y descubro que sexo no quiere decir solo
genitales. Que sexo es también oler, acariciar, mirar, saborear…que viene
conmigo en el lote de nacimiento y estará hasta que me vaya, que todo lo que
creía pecado no es más que una manipulación muy sutil para controlarme. Si
tengo miedo, dejaré de pensar y de sentir por mí misma. Y me doy cuenta de que
he sido una mujer maltratada psicológicamente, pero también me doy cuenta de
que esa era la forma que tanto él como yo sabíamos para amarnos, seguíamos
ejemplos vistos y asumidos. Y me doy cuenta de que puedo volver a enamorarme y
dejo de negarme lo que mi cuerpo y mi alma están sintiendo, que estoy viva y
que eso no es ningún pecado. Y comienzo a ver y a aceptar esta parte oculta de
mí que me negaba.
Como en la película, en la vida real también falta la
comunicación, y creemos que el otro o la otra; puede ser pareja, hijos, hijas,
amistades… deben adivinar que es lo que me pasa, lo que necesito, lo que quiero. Asumo roles que no me pertenecen para llenar
una vida que me enseñaron que a esa edad ya no se puede disfrutar… y que ni me
planteé que de verdad tuviesen razón o no, porque con treinta y seis años,
viuda, con una hija, tres hijos, mi padre, para entonces con una hemiplejia, y
mi tía con más de ochenta años, de los de entonces en los pueblos pequeños y
cerrados, a pesar de que mi pueblo es una ciudad, pequeña, bonita, que hoy se
va abriendo al mundo… En ese tiempo, con esos treinta y seis años, estaba muerta.
Sí, respiraba, comía, trabajaba, atendía a mi familia, pero ¿a Mí?… ¡Yo no
existía! En este tiempo hacía caso al refrán que dice: “Deja al sexo tranquilo
un mes y el te deja tranquilo tres”
Después de esto, viene el desprenderse de las cosas del pasado,
de los pensamientos y de las normas establecidas que ya no me sirven, de
escuchar a las demás personas, saber, aprender, abrirme a la vida, descubrirme
y descubrir al otro, a las demás personas que hay a mi alrededor y que forman
parte de mi camino, descubrir el mundo, la vida. Pensar por mí misma, y decidir
lo que quiero y como lo quiero, encontrar las razones que hay para creer en lo
que veo, lo que siento, lo que escucho, lo que toco. Aceptarme tal y como soy,
con mis virtudes, mis defectos, mis canas, mis arrugas y mis redondeces, pero
también con mi alegría, con mis ganas de jugar, de aprender. Hoy soy capaz de
mirarme en el espejo, decirme guapa, y
sonreírme sin sentir vergüenza, pero todo eso es Hoy, a mis cincuenta y cinco
años. Con treinta y seis era una vieja, ni siquiera una mujer madura. Un día me
juré que a los cincuenta volvería a nacer, y… aquí estoy. No sé si soy mejor o
peor que antes, pero sí sé que soy distinta, que hoy disfruto de la vida y de
lo que me trae, que me siento viva… cuando siempre, como Juanita, deseé morir.
Por último daros las gracias de nuevo y recordaros que la
vida siempre comienza hoy, a cualquier edad, a cualquier hora, en cualquier
situación, a cada momento. Deseo que sepáis, que sepamos disfrutarla.
LOS PAPALAGI
Desde siempre, todos los
relatos, novelas, historias,documentales
y noticias quenos llegan, son aquellas que transmiten unas ideas preconcebidas con las
que los occidentales (se dice de quienes habitan los países ricos y que se creen
con una gran cultura) llegan a los poblados, ciudades… habitadas por otras razas con una forma diferente de ver la vida.
Vemos
las imágenes que nos muestran, escuchamos las historias que nos cuentan y
juzgamos y sentenciamos que no tienen
cultura, que ¿cómo pueden vivir así?, que hay que educarlos porque carecen de
estudios, vestirlos porque carecen de ropa, construirles casas porque viven en
chozas, hacer escuelas donde aprendan a defenderse en la vida, donde enseñarles
unas normas de conducta, unas reglas que les hagan ser personas ¡como si no lo
fueran! Hay que construirles hospitales para sanarles porque no conocen, no
saben…
¡Todo
estaría bien si todo esto se hiciera con el único fin de compartir lo que cada
civilización ha aprendido a lo largo de la historia! Lo que pasa es que
anulamos la sabiduría adquirida desde siglos y que está impresa en cada una de
sus células!
Por eso, cuando empecé a leer los Papalagi,
me asombré. Esta era la descripción de los hombres y mujeres europeos desde el
punto de vista del jefe Tuiavii, del poblado de Tiavea de la isla samoana de Upolu,
en La Polinesia. Un
hombre al que muchas personas de occidente,
antes y ahora, tacharían no solo de
salvaje sino también de inculto.
Él,
que en su pueblo aún vive en pleno contacto con la naturaleza, donde no
necesita más vestido que el sol y el viento sobre su piel desnuda, ni más
zapatos que sus pies pisando el rocío que cubre sus campos, ni más techo que un cielo lleno de estrellas. Él,
que acoge al forastero con los brazos abiertos y comparte lo que tiene y lo que
es, que no necesita dinero para comprar nada porque tiene todo aquello que
precisa, que vive sin prisa, con todo el tiempo del mundo por delante,
disfrutando cada momento, cada segundo sin pensar siquiera que es lo que hace o
porqué lo hace, sólo vive… sin miedo, porque sabe que nada tiene, que nada
posee y nada ni nadie lo posee, que es libre, que respeta a los demás por su
nobleza, su valor, su sabiduría, que no necesita de “cosas” para ser feliz… Él, con la confianza que otorga la inocencia, con
la simplicidad y la sabiduría que encierra la vida y las cosas sencillas,
describe la civilización europea llena de tabúes, de pecados, de reglas morales
y de normas de conducta que para él solo son pesadas cargas.
Observa
“como Los Papalagi cubren su cuerpo con
numerosos taparrabos que los alejan de la luz del sol, porque mostrar la carne,
aún en privado, es pecado. Eso es algo que no entiende porque dice, que al
taparla centran en ella su atención con más fuerza y ya no piensan en otra cosa,
es así como esconden su vergüenza. Y siguen alejándose del sol, del aire, del
agua, de los árboles… y sus ciudades están llenas de calles estrechas, de casas
con muchas habitaciones repletas de cosas que no sabe para que sirven, de humo
que las hacen irrespirables y hay un ruido tremendo en ellas y todos gritan y
chillan por alegría o por miedo y se ponen enfermos, pero aún se sienten
orgullosos de lo que hacen.”
Cuenta
“como el Dios Amor que tanto predican no existe para ellos, porque solo aman el
dinero del que no pueden separarse, se le llame como se le llame. Sólo se
mueven por dinero y todo lo compran con él, excepto el aire para respirar. Para
tenerlo tienen que trabajar, cada persona en una profesión. Las mujeres la
abandonan cuando se casan, pero el
hombre es cuando realmente la ejerce. Pero, como solo se dedican a aprender una
sola profesión, acaban cansados de hacer siempre lo mismo. Y es que él dice, que un ser humano no
es solo una mano, un pie o una pierna, sino que es todo junto… Sólo cuando
todos los sentidos y todos los miembros trabajan juntos puede el corazón de una
hombre ser feliz y estar saludable y no cuando se permite vivir únicamente a
una parte y el resto de él tiene que hacerse el muerto. Cuando todos trabajan
juntos en todos los trabajos hay alegría en vez de tristeza. Pero los papalagi
sólo son felices cuando tienen dinero y con él compran cosas que pueden hacer
con las manos y que en realidad no necesitan, pero que temen que otros papalagi
les roben y crean leyes que guarden su propiedad y se creen magos, dioses
cuando crean máquinas grandes y pequeñas para cruzar el mar y el cielo, para capturar
la imagen, el rayo, el agua… Esas máquinas hacen muchas cosas pero sin el amor
que está presente cuando todo eso se hace con las manos.”
Piensa
“que a pesar de todo lo que tienen, nunca están satisfechos con nada, ni
siquiera con su tiempo, algo que siempre les falta, y lo dividen en partes y lo
cuentan con máquinas que pueden llevar en sus muñecas. Siempre hacen cosas que
no quieren hacer porque para lo que realmente desean no tienen tiempo y cuando
lo tienen no saben qué hacer con él. Cuentan el tiempo que ha pasado desde que
nacieron y el que les queda por vivir y fabrican máquinas para ir de un sitio a
otro más rápido y así tener más tiempo ¿para qué? No han entendido el tiempo,
lo malgastan, lo persiguen y no permiten que el tiempo venga a ellos, no lo
aman tal cual es”.
Dice “que “los locales de pseudovida” (cine) y los
“muchospapeles”(periódicos) hacen al papalagi un ser débil y perdido que ama lo
irreal porque no puede distinguir entre fantasía y realidad. Piensan tanto que
esto se ha convertido en un hábito y viven solamente con sus cabezas mientras el
resto del cuerpo está dormido, no disfrutan de la vida que les rodea, piensan,
investigan… pero no se dan cuenta de que hay respuestas que no pueden
encontrar. A los niños les llenan la cabeza con tantos pensamientos que los
sobrecargan, pero no les enseñan a olvidar. Separan la mente y el cuerpo.”
A
pesar de todo agradece a los Papalagi “el que les enseñaran a conocer y amar a
Dios, a amarse unos a otros y dejar de pelearse entre sí, pero no entendieron
el mensaje que ellos mismos dan. Lo dicen de palabra, pero no llevan la Luz del Amor en sus corazones,
no se inclinan ante Dios, sino ante los objetos, el dinero, las máquinas…Esos
son sus ídolos. Se pelean y se matan entre sí y luego predican el Amor.”
Por último “les pide a los vecinos de su
poblado que no hagan caso de nada de lo que digan los papalagi, porque si lo
hacen los arrastrarán con ellos hacia la oscuridad.”
Ante esta forma de ver la vida me pregunto: ¿Quién es quien verdaderamente
la vive? No tengo que darle muchas vueltas a la cabeza para estar segura de que
en cada rincón del mundo hay un Tuiavii de Tiavea que piensa que hemos perdido
el norte en nuestra vida, que solo le echamos cargas para hacerla ¿mejor?
y no nos damos cuenta de que invertimos tanto tiempo en adaptarnos a tantas normas, tantas leyes, tantas cosas por
hacer, por pensar, por decir, tantos sitios que conocer… que al final se olvida
lo esencial, estar en y con nosotros y nosotras mismas y aprender cada día que
la vida empieza y acaba a cada segundo y que no es tan complicada ¡Es tan
sencilla como hermosa! Pero solo si la vivimos y dejamos de pensarla.
El cambio
Es un día precioso de principios de noviembre. Los colores del otoño se pasean por el paisaje que se abre a cada momento como un libro de cuentos de hadas. Aunque parezca una ilusión, es real, o al menos eso parece. A veces dudo donde se encuentra la realidad y donde la fantasía. Descalzos, con los pies en la tierra, despedimos al sol, o quizás es él quien dice hasta mañana, y se va por caminos celestes girando sobre sí mismo en remolinos de colores, desdoblándose en el horizonte, en una danza hermosa, plena de atardecer. Los colores se difuminan y van perdiendo el vivo color de la luz. El perfil de las montañas se dibuja en blanco y negro y tras ellas, la luna, redonda, llena, engalanada de nubes y bordeada de estrellas muestra un firmamento que se va llenando de misterio. La noche comienza a cerrar las puertas del día para volver a abrirlas dentro de poco, y mientras, mezcla los colores en el odre de la ilusión para volver a sorprendernos con ellos en un nuevo amanecer. Al volver a casa, en silencio, todo es distinto. La magia cobra vida y todo puede suceder.
Me siento en el sofá, me cubro con las enaguas de la mesa y poco a poco el calor me va abrazando y hace que me sumerja en esos otros mundos donde solo a través del ensueño se puede llegar.
No sé cómo, (supongo que me quedé dormida), veo desde arriba lo que podría ser una ciudad medianamente grande. Veo, que, como en un día normal y corriente, las personas van, vienen, de prisa, despacio, comen, beben, ven la tele, oyen la radio, conducen, se miran aunque no se ven, cantan, bailan, se besan, se abrazan, hablan con teléfono o sin él, hablan, hablan, hablan de lo que pasa, de lo que dicen, de lo que es, de lo que puede ser, de lo que quieren ser... pero realmente no se escuchan, ni siquiera a ellos mismos. Apenas se ven de verdad como lo que son: Seres Humanos, pura energía de Amor. La rutina de cada día sigue en cada quién, nada cambia de verdad, dicen de hacer pero no hacen, no son conscientes de la vida que viven ni de lo que hacen en ella. No se dan cuenta de nada de lo que sucede ni en ellos ni a su alrededor. Son luces que van de un lado a otro sin darse cuenta del recorrido que hacen. Entre ellos hay quienes saben, ven, piensan, sueñan y creen que el mundo es energía al igual que ellos, que todo. Todo es energía. Saben usarla y utilizarla. Transforman todo con el poder de su mente a través de esa energía que hay en ellos y de la que son conscientes, esa energía que está en todo y de la que forman y formamos parte. Algunos manejan, manipulan a otros en beneficio propio y veo también como además, hay otras, en menor número, en las que ese poder de la mente lo han unido al poder del corazón y su luz alumbra al mundo. Generosos, humildes, sabios, profundos y sencillos que pasan por completo desapercibidos, como uno más dentro de la multitud. Estar a su lado, mirar sus ojos... transforman mi vida, la vida. Era precioso ver esas luces, porque eso eran. Cada una de ellas era una luz clara, cálida, que daba color y calor por donde pasaba. Volví a verme en el sofá, con las manos juntas, lágrimas en los ojos y una oración, que no recuerdo, en los labios.
Al despertar pensé: ¡Quiero cambiar, claro que quiero! Y de pronto siento que lo importante realmente es aceptar la vida como es y aceptar lo que me ofrece dándome cuenta de que en algún momento lo he pedido. Todo ES, bueno o malo depende solo de cómo yo lo vea. De pronto me doy cuenta de que si quiero cambiar mi forma de ver a las demás personas es porque no me acepto a mí misma tal y como soy, si pido armonía a mi alrededor es porque algo en mí está desarmonizado y tampoco lo acepto. Si pido un deseo y lo consigo, pido otro y vuelvo a conseguirlo y… creeré ser más feliz, pero en realidad, pidiendo uno tras otro, solo volveré a entrar en el juego de la mente. La felicidad está en mí, no en el espejismo que se me muestra. Solo cada persona por sí misma puede ser feliz aceptando lo que la vida le pone en las manos y en el corazón. No hay que buscar nada, ya Somos, solo queda aceptar lo que Somos.
En el libro “La vía del tarot”, dice Jodorowski en el capítulo de La Dama Muerte: “Si te das prisa me alcanzarás. Si frenas te alcanzaré. Si andas tranquilamente, te acompañaré...Soy tu sombra interior, la que ríe detrás de la ilusión que llamas realidad... Soy la madre que no deja de darte a luz...Tu ser divino e impersonal no puedo devorarlo, solo engullo los egos...no soy de ti, sino que soy tú... Identificándote con tu consciencia me tendrás miedo. Sacrificándola, cediéndome la última de tus ilusiones- esa mirada que todo lo quiere y cree ver sin ser nada- me vencerás... en mi extrema negrura, soy el ojo de ese impensable que podrías llamar Dios. También soy Su Voluntad... Soy la puerta divina: quien entra en mi territorio es un sabio, y quien no puede cruzar mi umbral conscientemente es un niño miedoso acorazado en sus detritos. En mí hay que entrar puro: deshazte de todo, deshazte incluso del desasimiento, aniquílate. ."
Al leer esto, veo esa profundidad de la Nada, ese Vacío total y absoluto donde Todo nace y se vuelve a hacer presente. Ella es la madre que nos acuna para que despertemos de la ilusión, la Dama que nos ayuda a abrir la puerta del eterno desengaño, la sombra que a cada momento nos muestra nuestra Luz, esa hermosa compañera de viaje que nos empuja y nos hace conscientes de la Vida con una sola condición...¡que nos abandonemos a ella! En la Nada no hay deseos, solo desapego y aceptación. Y en el Vacío, solo hay Plenitud. Por eso, a veces, me costaba tanto resistirme y no empujar la puerta que me hacía volver. Añoraba lo que creía que había dejado atrás.
Hoy sé que no es dejar atrás mi cuerpo, sino mis egos, lo que me va a hacer realmente libre y feliz. Esté donde esté, vaya donde vaya, siempre estaré en Casa. Hoy, voy haciendo crecer mis raíces, esas que me ayudan a sostener con fuerza unas ramas frondosas y bellas. Hoy me siento vacía porque sé que en mi interior está todo cuanto necesito. Hoy siento esa soledad que es la del guerrero, que después de perderlo todo te dice: Lánzate a la Nada, muere en ti para poder renacer, acepta todo, tu sombra y tu luz. La tuya y la de los demás seres que habitan en el Universo y en ti misma y alégrate a cada momento porque solo así la llama de tu corazón puede brillar con fuerza de nuevo. Hoy aprendo a dejar de juzgar, a desaprender lo aprendido, a abrir las puertas sagradas que hay en mí para dar y recibir con amor lo que la vida me ofrece, a disfrutar, a gozar como lo hacen quienes nacen y vienen a recordarnos que la vida es Amor. Esos seres que vienen a mostrarnos de nuevo el camino para ser felices y a decirnos con el ejemplo que seamos como niños, como niñas que despiertan a cada momento, que viven cada segundo, que se sorprenden porque todo es nuevo. Cada despertar es un nuevo día.
Ahora sé que el poder de la mente es grande, pero que cuando se une al poder del corazón es sublime. Y cuando lo que sé, lo que pienso y lo que siento están alineados, entonces es cuando verdaderamente despierto a la Vida.
Las horas van pasando, y la noche, como un jaguar oculto a las miradas, ya ha recogido todas las sombras bajo su manto, se repliega sobre sí misma, mira en su interior, busca, abre la caja donde guarda su tesoro y ve que los colores ya están mezclados, solo queda soplarles suavemente desde dentro. Entra despacio y siente como se va perdiendo y al hacerlo, se convierte en mago. Abre la puerta, extiende su capa y nace de nuevo el día.
Cuántas veces nos hemos preguntado: ¿Quién soy yo? y ¿Cuántas respuestas nos hemos dado? ¡Tantas y tan diferentes cada vez! Hasta que al final nos quedamos en aquella que sabemos, que sentimos que es la verdad de lo que somos. Somos seres que percibimos la realidad en la que vivimos y tomamos conciencia. Somos conciencia.
¿Quién soy yo? Soy percepción y conciencia. Soy conciencia.
Una conciencia amplia, ilimitada a la que por ignorancia, miedo... reduzco y limito. Percibo la realidad que vivo bajo unas creencias, unas normas aprendidas y asimiladas y si me quedo aquí, mi conciencia se quedará enclaustrada. Es por eso que deseo ir más allá de esos limites impuestos y autoimpuestos. Cuando decido ampliar mi conciencia empiezan a caer velos, barreras...la visión se hace más amplia, el corazón se llena de energía nueva, el horizonte cambia. Todo cambia cuando mi conciencia da cabida a otras formas de ver, de sentir, de ser. Todo cambia cuando me doy cuenta de que he juzgado mi vida con la forma de verla y me doy cuenta de que todo es mucho más amplio. No hay un "si" o un "no", todo es como es y ahora lo acepto sin juicios. El mundo es más amplio de lo que creí y mi horizonte cambia conforme voy cambiando. Todo está dentro de mí: el agua, el viento, la tierra, el fuego... y se refleja fuera. Nunca me paré a escucharles en mi interior. La vida que veo fuera, en los seres que me rodean, en los paisajes que contemplo, en las experiencias que vivo...me dicen si de verdad estoy cambiando por dentro, si de verdad voy tomando conciencia o sigo igual de dormida. Los limites de mi conciencia no son los del cuerpo en el que habito, pero este cuerpo si es el que me ayuda a vivir experiencias que abren y amplían la conciencia que soy.
Transcribo lo que viene en este video, lo he cogido del enlace que también comparto y que ya viene subtitulado.
Who Are You...Really? ¿Quién soy yo...en realidad?
Cualquier pensamiento que tengamos sobre nosotros-as mismos-as, pequeño o desmesurado, no es quiénes somos en realidad. Es solo un pensamiento. La verdad de quién eres, quién soy, no puede ser pensada porque ella es la fuente de todos los pensamientos. No se puede definir o darle nombre. Palabras como alma, luz, Dios, verdad, ser, consciencia, inteligencia universal o divinidad, aunque sean capaces de evocar el éxtasis de la verdad, son insuficientes como descripción de la inmensidad de quienes somos realmente. Independientemente de cómo nos identifiquemos: como niño, niña, adolescente, padre, madre, una persona más adulta, saludable, enferma, que sufre o que está iluminada, siempre, detrás de todo eso, está la verdad. No es ajena a tí ni a mí. Está tan cerca que no puedes creer que eres tú, que soy yo. No existe un concepto para definir la verdad de quiénes somos, ignorante o iluminado, inútil o grandioso. La verdad está libre de todo eso. Ya eres, soy, libre, y todo lo que nos impide llegar a esa libertad es el apego a alguna idea que tenemos acerca de nosotros-as. Este pensamiento no impide que seamos la verdad de quienes somos. Ya lo somos. Nos separa del descubrimiento de quienes somos realmente. Invito a dejar que nuestra atención se sumerja en aquello que siempre ha estado ahí, esperando abiertamente por su propio auto-descubrimiento. ¿Quienes somos realmente? ¿Alguna imagen que aparece en nuestra mente? ¿Alguna sensación que aparece en nuestro cuerpo? ¿Alguna emoción que pasa por nuestra mente o nuestro cuerpo? ¿Algo que alguien dice que somos? o ¿La rebeldía contra algo que alguien ha dicho que somos? Estos, solo son errores de identificación que van y vienen, nacen y después mueren. La verdad no viene y se va, está presente antes del nacimiento, durante toda la vida y después de la muerte. Descubrirla es nuestro derecho de nacimiento. Cualquier pensamiento de que este descubrimiento no es para tí o para mí, que aún no es tiempo, que ya sabemos quienes somos, son solo trucos de la mente. Es hora de investigar este pensamiento y ver que validez tiene realmente. En esta investigación existe una apertura para que la conciencia inteligente que somos, finalmente se reconozca a sí misma. La pregunta más importante que podemos hacernos es: ¿Quién soy yo? Esta pregunta la hemos hecho en cada etapa de la vida. Toda actividad sea individual o colectiva, es motivada en su raiz por una búsqueda de auto-definición. Normalmente, buscamos una respuesta positiva a esta pregunta y huimos de la negativa. Cuando se vuelve explícita, el impulso y el poder de la pregunta orientan a la búsqueda de la verdadera respuesta, la cual está abierta, viva y llena de una comprensión cada vez más profunda. Hemos experimentado tanto el éxito como el fracaso. Después de un cierto tiempo, nos damos cuenta de quienes somos y a menos que esta pregunta haya sido respondida, no solo convencionalmente, seguiremos con el hambre de saber. No importa como hayamos sido definido por los otros bien intencionado o no y no importa como nos hayamos definido. Ninguna definición puede traerte una certeza duradera. El momento en que reconocemos que ninguna respuesta ha satisfecho esta pregunta es crucial. A menudo se le denomina como momento de madurez espiritual. Es entonces cuando podemos investigar, conscientemente, quienes somos en realidad. En su poder y simplicidad la pregunta llega a la raiz de la identificación personal, la hipótesis básica: yo soy alguien, en vez de asumir esta suposición como la verdad, podemos investigar más. Este pensamiento conduce a estrategias como: soy mejor alguien, más protegido, con más placer, más confortable, más realizado... Pero cuando es cuestionado, la mente encuentra el yo que estaba separado de lo que ella estaba buscando. Esto se llama auto-investigación. Es la pregunta que más se pasa por alto. Pasamos el tiempo diciendo que somos alguien importante, sin importancia, grande, pequeño...sin cuestionarnos nada ¿Quienes somos realmente? Cuando llevamos la atención a esta pregunta, tal vez veamos una entidad que tiene nuestra cara y nuestro cuerpo, pero ¿quién es consciente de esa entidad? ¿Somos el objeto o la percepción del objeto? El objeto viene y va, el padre, la madre, el niño, la niña, los amantes, abandonados, iluminados, victoriosos o derrotados. Todo esto viene y va. La percepción de estas identificaciones está siempre presente. La errónea identificación de uno mismo como algún objeto dentro de la percepción, lleva al extremo placer o al extremo dolor y a ciclos interminables de sufrimiento. Cuando descubrimos y aceptamos que somos la propia conciencia la búsqueda en los pensamientos termina. Solo nos reconocemos a nosotros mismos inseparables de cualquier otra cosa. Somos libres, completos, infinitos. Somos la percepción, la conciencia.
La realidad es una ilusión
Acompaño el video con el poema en el que habla Segismundo dentro de la obra de Calderón de la Barca "La vida es sueño"
"...pues estamos
en un mundo tan singular,
que el vivir solo es soñar;
y la experiencia me enseña
que el hombre que vive, sueña
lo que es, hasta despertar.
....
y en el mundo, en conclusión,
todos sueñan lo que son,
aunque ninguno lo entiende.
...
¿Qué es la vida? Un frenesí.
¿Qué es la vida? Una ilusión,
una sombra, una ficción,
y el mayor bien es pequeño;
que todo en la vida es sueño,
y los sueños, sueños son."
Hace tiempo que el ser humano se pregunta
donde acaba la realidad y empieza la ilusión,
o quizás sea al contrario, donde acaba la
ilusión y donde empieza la realidad.
Si el tiempo y el espacio no existen... ¿dónde
estoy?¿quién soy?¿qué hago?¿hacia dónde voy?
¿sueño o soy soñada? ¿vivo o ...
Siempre escuché y leí que mirara en mi interior,
pero he mirado fuera, he vivido fuera, creyendo
que lo que veo me muestra la realidad, ¿dónde
está esa realidad?
Todo lo que veo, siento, vivo, me muestra lo que
hay dentro de mí. Este gran vacío que lo contiene
todo, es el espacio donde proyecto lo que creo
que para mí es la vida.
Todo es mucho más sencillo, la vida es, ... solo es.
Aprendo a vivirla de otra forma. Sé que cada
paso que doy, va haciendo el camino que ahora
quiero recorrer, sin juicios, sin expectativas, sin
condiciones... solo disfrutando del trayecto.
En este espacio, en este trayecto, en esta nueva
forma de ver la vida... desde aquí...
doy la bienvenida a Cecilia, una nieta que llega
como un rayo lleno de luz, de amor,como una
estrella venida desde ese lugar donde la vida
se escribe con mayúsculas, como...
Y al mirarla, me doy cuenta de que es amándola
como amo la vida, solo Amando soy capaz de
vivir...
GRACIAS a todas y a todos los que hacéis posible
que siga creciendo. Os quiero
ALEJANDRO JODOROWSKY "La belleza de pensar" (4ta parte)
Y hasta que no llegue a esa alma impersonal, asumiré lo que venga y como venga.
Siempre nos dijeron que había que ocultar el dolor, la rabia, la muerte... todo aquello que no entra dentro de las normas establecidas, ¡siempre hay que estar bien y mostrar la mejor cara! Pero, ¡caramba!, es que ¡cuando duele...duele!
Y así voy rodando por la cara que veo de la vida, no sé si hacia arriba o hacia abajo, de todas formas da igual... si voy hacia abajo se desprenderá de mí todo lo que no me sirve, si voy hacia arriba seré yo la que vaya soltando todo aquello que me impide subir con cierta facilidad. En un caso u otro, me desprenderé de lo que no me sirve y cogeré en cada momento lo que necesito.
¿Y porqué tanto miedo a la muerte, si muero cada día? Mis células se renuevan constantemente y para eso las que hay deben morir. Como dice Jodorowsky, no soy la misma que cuando nací. Cada año, mis células se renuevan por completo... así que, tenga la edad que tenga, mis células solo tienen un año. Jajajaja ¡Ya decía yo que a veces me sigo sintiendo niña!
Es paradójico que también está el miedo al cambio, cuando cambio a cada segundo.
Si lo pienso, todos los miedos son a aquello que hago, sin darme cuenta siquiera, a cada momento.
Mejor dejo de pensar y sigo rodando.
Retorno a mi sueño y a su bello paisaje
Hoy me he levantado con un panorama precioso ante mis ojos. Aquel que mis sueños, siempre tan explicitos, me han mostrado. Cuando veo esos paisajes, esos colores, esa vida... pienso que porqué la realidad es tan distinta, o quizás sean los sueños los que la hacen así. ¡Me hubiese gustado seguir soñando! pero era hora de despertar, más bien, de abrir los ojos a un nuevo día que ya se dejaba dibujar en el claro-oscuro de mi habitación, aún en penumbra. No sé que pasará por las mentes de otras personas, pero a veces me sorprendo a mi misma cuando, como hoy, quiero seguir soñando cuando ya he abierto los ojos, quiero volver a Casa cuando estoy aquí y cuando llegue allí, posiblemente, pediré volver de nuevo, estar alegre cuando estoy triste, o reir cuando quiero llorar, coger una estrella, como en el poema de Rubén Dario, o fundirme en el núcleo del sol, ser la hoja de un árbol que siente la savia de siglos o una gota de agua que se pierde en la inmensidad del océano... ¿Son deseos inalcanzables que quiero tocar con la punta de los dedos, o simplemente que soy una inconforme? La vida me enseñó a vivir soñando y ahora quiero simplemente aprender a vivir mi propia vida, sin esperar nada y agradeciendo lo que me llega y lo que se va. Pero aún sin esperarlo, siempre agradeceré una sonrisa, una mirada de cariño, un abrazo, la mano que me tiende un-a amigo-a para seguir caminando, una palabra de ánimo o un silencio compartido... ¡Retorno a mi sueño y a ese bello paisaje hasta que el día se abra con su hermosa luz!
Semillas
Enigma - Goodbye Milky way (Unofficial Video)(dodesevideo)
Al ver este vídeo, solo veía esa semilla dorada... ¡Ya es casualidad! ¿Verdad Rove? Sé que no vas en esta dirección, ¿o sí? pero te he cogido prestadas tus palabras, espero que no te importe.
" Miró las palmas de sus manos sin pensar en nada y sin pensar en nada dijo “Sí, hoy es un sí, porque me late la vida. Seré voraz con el día como un lobo, caminaré despacio como un elefante, abriré los ojos como una lechuza y haré brotar a cada segundo mi semilla dorada. Porque tengo otra visión de la realidad y es bella hasta en su miseria. ¡Sí!”(JÁRIGA. Rove Rivera)"
Somos semillas, semillas de luz, semillas de soles radiantes y bellos, semillas que solo esperamos escuchar la vida latiendo dentro y a la vez fuera, que deseamos abrirnos y mostrar el germen del amor que guardamos en nuestro interior, que solo deseamos brotar a cada segundo y girar bailando la danza de la vida, formando círculosdentro de círculos sin principio ni final, semillas que damos fruto y volvemos a ser semillas, doradas semillas de luz.
Acero
¿Dónde estoy?, ¿Por dónde llegué hasta aquí? No sé por qué puerta he entrado ni dónde se encuentra ésta. Solo me siento como debe sentirse una hormiga pequeña, muy pequeñita y muy sola ante algo tan grande y frío. Si alguien me preguntara: -¿Dónde estás? Le diría: -Metida en un tubo de ensayo. Solo que no es de cristal, sino de una materia opaca, de un color grisáceo, como el acero. La luz que lo llena todo es fría, como todo este lugar. El aire es pesado, denso y hace que mi respiración sea dificil y que un sudor frío cubra mi piel. Busco ese recodo por donde entré aunque las paredes son lisas, duras, y no hay grietas ni ranuras que me hagan ver que puedo escapar de aquí. Hago "toc, toc" con mis nudillos por todos sitios hasta casi sentirlos sangrar, doy patadas esperando que el sonido de la pared cambie... Me duelen las rodillas, los codos, los nudillos, los dedos de los pies... y el eco me devuelve el mismo sonido que reverbera en mis oidos que parecen a punto de estallar. Todo está limpio, asépticamente limpio y vacío de vida. ¡No hay vida!, ni siquiera visita este lugar una brizna de hierba, una flor pequeñita, un grano de arena, una pequeña y juguetona mariposa...¡nada! Me disgusta esta frialdad, esta luz artificial que lo llena todo y quiero salir. ¿Por dónde vine a parar aquí? ¿Qué puerta crucé? -¡Quiero salir, quiero saliiiir! -Grito a la vez que el eco. De repente todo estalla dentro de mí, el grito, el eco, la luz fría y la fría soledad y veo mi cuerpo desintegrarse, rompiéndose en mil pedazos que rebotan, como el eco, en esas paredes frías y lisas que por fin se llenan de vida y se abren a un nuevo día.
Desde aquí, fuera, lo veo todo de forma distinta. A pesar de tanta frialdad, sí que había vida. Yo estaba allí, y...¡Estaba... estoy viva!
Pienso que...
Como la vida,
también la rosa se abre a la mañana
cargada de rocío y de espinas,
pero siempre bella.
La crisálida de la noche envuelve al día con hilos de seda y plata y la adormece con el murmullo del silencio.
Vivimos la muerte día tras día, pero como no la queremos, fingimos vivir la vida.
Como el día llama a la luz que es su amor, también la vida invita al amor que es su luz.
Siempre habrá nubes y claros en el cielo,pero el sol siempre estará ahí para el que quiera verlo.
La luna es la farola del alma en la oscuridad.
El sol borda en las nubes un festón de nácar.
La lágrima es la esposa del dolor.
El amor para el ser humano es como el agua para el manantial. La vida es un trozo de madera a la que hay que dar forma, pulirla, bruñirla, acicalarla, sentirla mientras la manoseas. La golondrina es una gaviota con luto en el barco de la vida.
Los copos de nieve son las lágrimas de la luna. ¡Silencio! ¡Se rueda! Reza un papel al entrar... Aquí vamos sobre ruedas que nunca vemos girar. Las nubes son escobas que limpian el cielo. El corazón es el motor de nuestro cuerpo y Dios la batería que lo arranca. Siluetas en la noche dibujan un contorno. Una nube a través del tiempo, una sombra de plata, una sombra de luz...Su visión me estremece y me llena de paz. Una estatua gigantesca fabrico con mi ilusión. Los pies se hicieron barro, el corazón...no. La muerte es nuestra sombra. Siempre va tras nosotros esperando el momento más oportuno para usar su guadaña.
La existencia es Todo y es Nada. Como el viento, como el agua... uniéndose, mezclándose... formando la Luz que será la vida. La vida es el sueño de la muerte. Los contratiempos en esta vida deberían servirnos, como el estiércol a las macetas, para seguir empujando a la vida con más fuerza.
El miedo de las sombras anida en la tristeza. La vida es andar por un largo camino sin principio ni final, donde solo hay etapas, paradas.
Nathan
Los Zumaques Foto: Mamatere
Empieza el otoño. Cualquier pintor que viera el paisaje que en su interior se formaba, sentiría el privilegio de estar viendo una obra maestra, nada estaba sujeto al azar. Los colores, los tonos, la luz, la sombra...todo era perfecto.
Recostado sobre el tronco de un roble milenario, Natham contemplaba el bosque. Los rayos del sol en ese preciso momento lo bañaban todo de una luz tenue que se filtraba entre las hojas que el viento mecía antes de caer a tierra. También lo llenaba de ese calor agradable que le hacía sentir arropado, tranquilo.
Frente a él hay una roca inmensa a la que parece proteger el bosque. Se queda absorto mirándola, como si fuera un guardián ancestral que en algún rincón guardara la clave de su vida. Se da cuenta de que el año acaba y de que él sigue siendo el mismo, sigue mirando con los mismos ojos de aquél niño que perdió en la distancia que marca el tiempo y el espacio, que marca la vida y los días del calendario. Vuelve atrás en el tiempo y siente que el envase que lo contiene ha crecido en altura y en volumen. Los años llenos de días y de horas de reloj han pasado por él, o él por ellos, y le han dejado su huella las experiencias vividas, el dolor, la angustia, la tristeza, los sinsentidos de lo que no se entiende o cuesta trabajo asimilar, la oscuridad de unos ojos cerrados a lo invisible por un miedo marcado con miedo y a veces con risas, la entrega, la pérdida, las añoranzas de encuentros, de desencuentros... y también han pasado alegrías, juegos, susurros, ternuras, ilusiones, sueños a veces mágicos y a veces rotos, caricias, miradas...
A días, ese envoltorio que lo cubre, se vistió con un traje estrecho, duro, que le aprisionaba, que le ahogaba y quiso deshacerse de él. Buscó con sus manos la cremallera oculta, cansado de una espera sin fin ni principio, una espera basada en otros y no en él mismo, una espera basada en el pasado y en el futuro pero no en el presente, porque en el presente solo hay vida, no esperanza. Y el negro vacío de la nada empezó a tragarlo y se agarraba arañando sus paredes imaginarias, buscando un sentido a lo vivido, una razón que le explicara el porqué de no sabía muy bien qué, pero nadie respondía a su llamada, nadie le mostraba la imagen que pedía, nadie respondía a su grito cavernario, nadie acompañaba aquella negra soledad del alma... No había nada ni nadie allí, excepto él y la nada oscura que lo tragaba. Dejó de luchar y sintió su cuerpo que flotaba en aquella especie de... no sabía muy bien qué, ya no sabía nada y tampoco le importaba. Solo se dejaba mecer y llegó al fondo oscuro y se sintió parte de él. Y ese fondo le mostró otra imagen, otra cara, y comenzó el milagro de nuevo. Todo era un milagro, siempre lo fue. Volvió y vio otra luz, otra mirada, otra caricia. Y en esa caricia se va haciendo agua en la que se mezcla y se funde y sus olas lo llevan a la tierra que lo acuna y lo contiene, que lo entiende y que lo eleva y es lengua de un fuego encendido que lo consume y lo arroja como ascua al viento que a veces se apaga y a veces se abrasa y lo abraza y se pierde en ese infinito donde un rayo de sol le acaricia en la distancia, y vuelve a ser ola, pez, espuma, agua, arena, tierra, flor, árbol, roca, sol, fuego, ascua, llama, brisa, aire, viento, tempestad y calma.
Se mira en el espejo del tiempo y ve en sus ojos al mismo niño que jugaba, la misma inocencia, la misma mirada confiada.
¡Tanto tiempo viviendo dormido!
Ahora...todo cambia.
El árbol bondadoso
Hace ya mucho tiempo, en un lugar muy lejano, existía un país pequeñito y en el mismo centro crecía un árbol grande y fuerte de extraordinaria belleza.
Todos los habitantes de aquel país, se sentían muy contentos de tener aquella maravilla para poder disfrutarla. Su tronco era grueso y de lejos tenía una forma rara y caprichosa. Sus ramas eran verdes y largas: las que salían del tronco eran mas fuertes, de estas salían otras más pequeñas y de estas otras más menudas y asi hasta terminar en las más chiquitas de todas que se parecían a las plumas de los pajarillos, asi eran de ligeras y suaves.
Como casi todas las cosas, este árbol también tenía su propia historia que fue pasando de unos a otros. Los más viejos del pais cuentan que en tiempos muy remotos, cuando apenas empezaba a formarse aquel pueblo llamado Naré, existieron dos seres maravillosos llamados Bon y Dad. Ambos se querían muchisimo, nunca podian pasar el uno sin el otro y estaban siempre dispuestos a ayudar a aquél que los necesitara. Nadie jamás recordaba haberles visto sin una sonrisa en los labios.
A su alrededor siempre había alegría porque el dolor huía a todo correr cuando veía que aun existía un lugar donde reinaba la felicidad y se alejaba presuroso de allí.
En aquel país había miles de plantas, todas distintas, de las que se beneficiaban todos sus habitantes, ya fuese como alimento o para curar sus dolores. ¡Y había tal cantidad y variedad de flores! que nunca te cansabas de contemplar aquel hermoso paisaje. Incluso los animales vivían allí contentos y los hombres eran sus amigos, no les temian al contrario, solían jugar con ellos mientras paseaban. Las abejas se retiraban de su panal para que recogieran la miel y la cera, las hormigas también aportaban su granito de arena y hasta el león que se ve muy fiero... en Naré, los niños y niñas se subían en su lomo y ¡jugaban con su melena!
Un día, la mala fortuna quiso que por allí pasase un avaro y despiadado señor, que quiso tener para el solo todo lo que aquel pais le brindaba amablemente. Era Mal-Vado.
Se quedó allí durante algún tiempo y mientras los habitantes de Naré se desvivían por hacerlo feliz, él solo pensaba en la manera de robarles todo lo bueno que tenían.
-¿Cómo podré robarles toda su felicidad? pensaba
Hasta que un día se dió cuenta de que aquello que tanto anhelaba era obra de Bon y Dad, que tanto se amaban y que no pensaban en ellos mismos, sino en los demás, en poder darles todo el amor y la alegría que necesitaban. Tan grande era su deseo de poseerlos que decidió hacerlos sus prisioneros. Un día, con intención de dar un paseo porque decia encontrarse muy solo, se los llevó hasta una torre abandonada muy lejos de la ciudad, cerca del limite con un país vecino. Los subió a lo más alto de la torre y los dejó allí atados con fuertes cadenas. Una vez que estuvo bien seguro de que no escaparían se fue a dar vueltas por las calles para ver que hacían las gentes cuando se dieran cuenta de que estaban solos.
Todos andaban buscándoles, les echaban de menos y deseaban tenerles de nuevo a su lado. Les buscaban por todas partes pero no les encontraron y ya empezaban a desesperarse preguntándose que habría sido de ellos y creyendo que les habían olvidado.
Mientras tanto, Mal-Vado se olvidó por completo de sus prisioneros. ¡Se sentía ahora tan feliz! ¡Disfrutaba tanto viendo la infelicidad de los demás!
Bon y Dad no se habían olvidado de nadie y solo pensaban en la manera de escapar de allí. Imaginaban como podrían romper las cadenas que los aprisionaban y sintieron un ruido cerca. Mirando hacia arriba vieron un águila enorme que volaba sobre ellos.
-Por favor, águila blanca, ¡ayudanos a salir de aquí! dijo Bon.
-De acuerdo. Os sacaré de aquí, dijo el águila, pero con una condición...
-Dinos cuál, dijo Dad, sea cual sea la aceptaremos. Estamos desesperados viendo que desde aquí no podemos ayudar a nadie.
-Os liberaré, pero a cambio, vuestros cuerpos se transformaran en los de dos enormes pájaros. Sereis bellisimos, tendreis todos los colores del Arco Iris, pero renunciareis a vuestra forma humana. ¿Aceptais?
-¡De acuerdo! Dijeron los dos a un tiempo.
En un instante vieron como las cadenas que los tenían prisioneros caían al suelo y que sus cuerpos poco a poco iban transformándose ¡Eran maravillosos! Cuando volaban, lo hacían con tal gracia, que parecía que el Arco Iris jugaba con el viento.
En su nueva forma, siguieron ayudando a los demás como podían porque aunque su cuerpo había dejado de ser humano, su mente era la misma y aun tenían el don de la palabra.
Todo volvió a la normalidad y la felicidad que casi se tambaleaba, volvió a reinar en todos los sitios.
Pero pronto Mal-Vado se dió cuenta de lo que pasaba y persiguió a los pájaros Arco Iris por todas partes. Volaron y volaron hasta caer rendidos en el suelo y aunque había árboles, no eran lo suficientemente grandes ni espesos para poder ocultarles.
Cuando estuvieron agotados, a Mal-Vado no le costó gran esfuerzo volver a capturarles. Pero esta vez no se quedó contento solo con encadenarles, sino que además lo hizo en una cueva que había en la tierra, en el mismo centro de aquel país.
Todo empezo de nuevo a ir mal. Las gentes los echaban de menos y lloraban porque los habían perdido. Y mientras, ya sabeis quién, disfrutaba haciendo el mal. Quemaba los campos y de sus frutos apenas podían alimentarse los seres que allí vivían. Maltrataba a los animales que huían asustados en cuanto oían crujir una rama y no sabían donde esconderse. Talaba los árboles solo por el placer de verlos caer. Estaba bien seguro de que esta vez tenía bien guardada la felicidad y que solo él podía disfrutarla cómo y cuando quisiera.
Los habitantes de Naré empezaron a llorar y el dolor por fin entró en sus corazones.Tanto y tanto lloraban que la tierra por fin se empapó de sus lágrimas y llegaron a la cueva donde se encontraban los Pájaros Arco Iris que cuando vieron ésto desearon con tanta fuerza ayudar de nuevo a los demás que sin apenas darse cuenta, sus alas se fueron alargando hasta que las plumas de ambos se unieron y se fundieron en un abrazo.
Sus pies comenzaron a echar raices que se agarraban a la tierra y llegaron muy muy hondo, hasta el centro mismo de la tierra. De allí cogieron fuerza y empujaron los cuerpos de ambos hacia arriba y conforme subían se fueron convirtiendo en un grueso tronco de árbol.
Este árbol que desde lejos tenía una forma rara y caprichosa, de cerca tenía la forma de un hombre y una mujer fuertemente abrazados. Sus brazos formaban las ramas mas fuertes y gruesas y poco a poco de estas iban naciendo otras nuevas.
Mal-Vado, al darse cuenta de lo que ocurría, quiso cortar el árbol, pero el tronco era tan grueso y tan duro que el hacha se partía cada vez que lo intentaba. Lo intentó con las ramas, éstas si que se partían ¡Que alegría le dió comprobarlo! Pero pronto se convirtió en rabia cuando vió que de las ramas que partía, nacían otras nuevas al momento, y cuanto más rápido las cortaba, mís rapido crecían y se multiplicaban.
Se dió por vencido ¡No podía más! Ya no tenía fuerzas para seguir. Pero aún así seguía ideando otro plan para destruirlo, y...¿De qué otra forma podría hacerlo que no le costase mucho esfuerzo? ... ¡Quemándolo!
Se dijo que era un estúpido por no haberlo pensado antes. Se puso a encender una buena fogata bajo el árbol, pero las lágrimas que vertieron los habitantes de Naré, se convirtieron en un río que afloró a la superficie y apagó el fuego.
Por fin se dió cuenta de que cuantos más intentos hacía por destruir el árbol, éste crecia más alto y más fuerte.
Un día comprendió que jamás obtendría la felicidad por la fuerza sino compartiendo todo lo suyo con los demás, y como a eso aún no estaba dispuesto, se fué de aquel país para no volver jamás.
Al irse Mal-Vado, se fué, como si fuese su equipaje, el dolor.
Los dos jovenes permanecieron siempre juntos en ese árbol que aún hoy se conserva, con sus hojas siempre verdes para seguir dando protección y ayuda a todos aquellos que aún hoy la necesitan.
Por eso, despues de muchos años y muchos siglos, si te sientas a descansar debajo de él, de su tronco parece que salen susurros y palabras cariñosas que alivian a los que tienen alguna pena o algun dolor.
Este árbol sabe muchísimas cosas. Más que nadie, porque lo escucha todo. Cuando llega alguien cansado y solo, no para de contarle historias para que no vuelva a anidar en su corazón la tristeza ni la soledad.
Cuando veas un árbol no lo maltrates, piensa que es un hijo del árbol del país de Naré y que podrá cambiar tu soledad, tu tristeza y tu dolor si sabes escucharlo.
Amar y ser felices
¡¡¡¡Ser felices!!!! Esa es nuestra mejor tarea, nuestra única tarea, por encima de todas. ¡¡¡¡Amar y ser felices!!!! Pero nos entretenemos en otras cosas y nos olvidamos del camino. Dejamos de recordar a qué vinimos y nos preguntamos qué hacemos aquí. Miramos sin ver las indicaciones que nos llevan de vuelta a casa y nos cegamos con resplandores de luces que nos desvían del itinerario. Nos cerramos en el dolor, en la ira, en la tristeza, en el peso que arrastramos, en los deberes que creemos tener con los demás y no con nosotr@s mism@s, en lo que deseamos y no creemos merecer, en sentirnos culpables de lo "malo" que sucede a nuestro alrededor, porque lo "bueno" seguimos sin merecerlo...Y así seguimos alejándonos de todo aquello que nos llena. Cuando veamos que no hay nada bueno o malo sino que todo son experiencias para reencontrarnos y que todo lo que nos sucede no son más que señales para ese reencuentro con nosotr@s mism@s quizás entonces estemos en el camino y recordemos que solo debemos AMAR Y SER FELICES.
15 días de Agosto
Este vídeo debería de hacernos pensar que no podemos soñar 350 días del año para sólo vivir 15, que queremos apurar tanto que tampoco los vivimos. Deberíamos aprender de los niños y niñas a quienes tanto queremos enseñar lo que es la vida, nosotr@s que la malgastamos, que la dejamos pasar día a día. Angela Castillo, en su libro ""Girasoles al amanecer" expresa esto mismo y pone la respuesta en boca de un niño cuando le preguntan qué es para él la vida. Y éste responde que, para él, la vida es el camino que hace cada día cuando va a la escuela y en él observa lo que pasa, lo que sucede a su alrededor. Si a nosotr@s nos preguntaran qué es la vida ¿cuál sería nuestra respuesta? Estamos tan dormid@s que solo vemos nuestros sueños y para vivir hay que estar bien despiert@s para poder aprovechar cada segundo de esa vida, para poder ver los colores de ese cielo al amanecer, pero también los que nos deja cuando el sol poco a poco se despide, para disfrutar en la completa oscuridad del brillo de las estrellas y de un claro de luna, para sentir el calor de la mano que nos saluda y la tibieza de un beso que nos da la bienvenida, para escuchar en soledad nuestro corazón que late al mismo ritmo que el corazón de la tierra, para ver el brillo de esos ojos que nos miran y a los que miramos, sabiendo que somos dos almas que queremos aprender y ayudarnos en el camino, para agradecer a nuestro cuerpo todo lo que nos da porque gracias a él podemos acariciar, ver, escuchar, abrazar, comer, expresarnos con el movimiento, con la palabra, con la mirada, con la sonrisa... y queremos que sea perfecto a los ojos de las demás personas cuando ya es perfecto para nosotr@s mism@s. Y así malgastamos la vida en una lucha inútil entre lo que somos y lo que deseamos ser, entre lo que vemos y lo que queremos que vean... Creo que la vida es algo más sencillo de lo que pensamos, solo se trata de darnos permiso para aceptarnos, para amarnos, para perdonarnos a nosotr@s mism@s en cada momento y disfrutar en este trayecto del camino, porque todo lo que nos sucede, sea lo que sea, nos sirve para crecer como personas, como seres humanos... Gracias a todas las personas que estais en mi camino, por hacerlo hermoso y permitir que no solo vea esos 15 días de Agosto. Espero que para vosotros-as, la vida sea también un gran regalo, lleno de hermosas sorpresas, de corazones llenos de amor, de soles, lunas y estrellas, de bellos Arco Iris, de sonrisas, de abrazos compartidos, de besos dulces, apasionados... y de mucha, mucha luz.
Hace algún tiempo me mandaron este texto para ayudarme a reflexionar...
"Nosotros estamos viviendo en este mundo por algún motivo, para algo, por algún factor especial. Obviamente, en nosotros hay mucho que debemos ver, estudiar y comprender, si es que anhelamos saber algo sobre nosotros mismos, sobre nuestra propia vida. Trágica es la existencia de aquel que muere sin haber conocido el motivo de su vida. Cada uno de nosotros debe descubrir, por sí mismo, el sentido de su propia vida, aquello que lo mantiene prisionero en la cárcel del dolor. Ostensiblemente, hay en cada uno de nosotros algo que nos amarga la vida, y contra lo cual necesitamos luchar firmemente. No es indispensable que continuemos en desgracia; es impostergable reducir a polvareda cósmica eso que nos hace tan débiles e infelices. De nada sirve engreírnos con títulos, honores, diplomas, dinero, vano racionalismo subjetivo, consabidas virtudes, etc., etc., etc. No debemos olvidar jamás que la hipocresía y las tonterías y vanidades de la falsa personalidad, hacen de nosotros gentes torpes, rancias, retardarias, reaccionarias, incapaces de ver lo nuevo". "La vida práctica como escuela, es formidable, pero tomarla como un fin en si misma, es manifiestamente absurdo. Quienes toman la vida como un fin en si misma, tal como se vive diariamente, no han comprendido la necesidad de trabajar sobre sí mismos para lograr una transformación radical. Desgraciadamente, las gentes viven mecánicamente, nunca han oído decir algo sobre el Trabajo Interior. Cambiar es necesario, pero las gentes no saben cómo cambiar; sufren mucho, y ni siquiera saben porque sufren. Tener dinero no es todo; la vida de muchas personas ricas suele ser verdaderamente trágica". "Estudiemos esta situación más detenidamente. Necesitamos saber que es la vida. Cada cual es libre de opinar como quiera. Digan lo que digan, ciertamente nadie sabe nada; la vida resulta un problema que ninguno entiende". "Combinar Estados Interiores con acontecimientos exteriores en forma correcta, es saber vivir inteligentemente. Cualquier evento, inteligentemente vivenciado, exige su correspondiente estado interior específico. Empero desafortunadamente, las gentes cuando revisan su vida, piensan que esta en sí misma está constituida exclusivamente por eventos exteriores. ¡Pobres gentes! Piensan que si tal o cual acontecimiento no les hubiese sucedido, su vida habría sido mejor. Suponen que la mala suerte les salió al encuentro, y que perdieron la oportunidad de ser felices. Lamentan lo perdido, lloran lo que despreciaron, gimen recordando los viejos tropiezos y calamidades. No quieren darse cuenta las gentes de que vegetar no es vivir, y que la capacidad para existir conscientemente, depende de la calidad de los estados interiores del Alma. No importa, ciertamente, cuan hermosos sean los acontecimientos externos de la vida; si no nos encontramos en tales momentos en el estado interior apropiado, los mejores eventos pueden parecernos monótonos, cansones, o simplemente aburridores. Alguien aguarda con ansiedad la fiesta de bodas, es un acontecimiento, mas podría suceder que se estuviese tan preocupado en el momento preciso del evento, que realmente no gustase en ello ningún deleite, y que todo aquello se tornase tan árido y frío como un protocolo. La experiencia nos ha enseñado que no todas las personas que asisten a un banquete o a un baile, gozan de verdad. Nunca falta un aburrido en el mejor de los festejos, y las piezas más deliciosas alegran a unos y hacen llorar a otros. Muy raras son las personas que saben combinar, conscientemente, el evento externo con el estado interno apropiado. Es lamentable que las gentes no sepan vivir conscientemente; lloran cuando deben reír, y ríen cuando deben llorar." "Cualquiera puede formarse una rica cultura intelectual, más son muy pocas las personas que han aprendido a vivir rectamente. Cuando uno quiere separar los Eventos exteriores de los estados interiores de la Conciencia, demuestra concretamente su incapacidad para existir dignamente. Quienes aprenden a combinar conscientemente, eventos exteriores y estados interiores, marchan por el camino del éxito."
Y me ayuda a reflexionar:
Esto es refuerzo positivo. De todas formas hay algo en lo que difiero y es que ya me cansé de los maestros de dolor y sé que a partir de ahora aprendo del Amor, nada me amarga la vida porque sé que es tal como yo la deseé y en cuanto a que somos prisioneros del dolor... creo que nuestra prisión es nuestro propio cuerpo, pero sin esa prisión no podríamos estar aquí por lo que debemos agradecerle que podamos experimentar con él y a través de él esta maravillosa aventura que es la Vida, aún cuando duele y no es ningún problema, es un regalo precioso. ¿Sabes? Un día nos ofrecieron un regalo y nosotro@s lo aceptamos, era para disfrutarlo a cada momento, nos dieron un cuerpo con el que poder estar aquí, la Tierra entera para recorrerla y gozar de todo lo que ella es, nos pusieron a las personas con las que podíamos compartir lo que Ella nos da y... ¿que hacemos? queremos apropiarnos cachito a cachito de todo lo que hay en la Tierra, en la Vida y empezamos a decir: mi casa, mi familia, mis hij@s, mi trabajo, mi tierra, mis amig@s, mi pareja, mis emociones, mis sentimientos, mi cuerpo, mi, mi, mi...... ¡nada es nuestro! ni siquiera nuestro propio cuerpo, hasta eso debemos dejar el día que volvamos a Casa. Solo podemos compartir todo lo que llega a nosotr@s, ese es el secreto para ser feliz, ese es el secreto de la Vida, abrir las manos y el corazón para recibir y para dar lo que recibimos. Llenarnos y vaciarnos a cada momento como hace el corazón, como hacen los pulmones, como hacen los ríos... todo es un continuo flujo, todo es un continuo cambio, todo es un continuo dar y recibir y cuando no es así la energía se estanca, se pudre, se muere aunque estemos ¿viv@s?
La vida entre vidas
Leer el libro "La vida entre vidas", es volver a sentir todo de nuevo, ese deseo de volver a Casa, a ese reino de Amor, de Paz, de Luz cálida y acogedora, ese lugar de reencuentro dónde sé que todo está bien y a sentir de nuevo este traje de buzo que me aprieta y que me aprisiona, que me sumerge en una cárcel, aunque sea dorada, pero sigue siendo una cárcel de la que hasta hace tan poco quería huir.
A la vez, también me hace recordar que esta escuela que es la vida solo nos da las lecciones que hemos pedido vivir y aprender, la forma de aprenderlas depende de cada quién. La mía era a través del miedo y la culpa. Hoy sé que se fueron, y como regalo me han dejado la libertad y la alegría.
La muerte es eso: libertad de esta materia que nos aprisiona; transparencia, porque ya no hay nada que ocultar, ni pensamientos, ni emociones, ni sentimientos... Sale esa Luz que hay en cada ser y vuela libre, feliz, en paz y amorosamente. ¿Por qué esperar a morir para sentir esto? También esto es la vida, solo que nos dejamos que nos equivocaran de rumbo. Hemos seguido el camino que otros seguían en vez del camino propio, hemos cometido sus mismas equivocaciones y hemos dejado de disfrutar con el paisaje, con las vivencias que teníamos, porque no nos daba tiempo, solo podíamos ver al que iba delante para no perdernos. Sólo cuando nos perdemos nos encontramos y empezamos a Ser.
Es ahora cuando reconozco que me perdí en laberintos que no eran míos, en caminos que me llevaban a destinos desconocidos en los que no hacía nada, porque no eran míos, en vivencias de desencuentros amargos que no eran mías. Todo lo cargaba en mi mochila ¡Y pesaba tanto!
¡¡¡Ahhhh!!! He dejado esa mochila de color oscuro, he enterrado lo que contenía, y aprendo a ser lo que soy. Espero ir descubriéndolo con vosotros y vosotras en el camino, mi camino.
Gracias a todas las personas que formáis parte de él.
También sé y así lo reconozco y lo agradezco con todo mi corazón, que de una forma muy especial mis hija y mis hijos me han enseñado con su actitud ante la vida lo que no está escrito en ningún libro y que en esta última parte del camino, está ahí mi primo, mi hermano, mi buen amigo Miguel, dándome la mano, que no llevándome ni delante ni detrás, sino al lado, haciéndome ver con una palabra, con un gesto, con un acto, que la vida es cada ser que la vive. Gracias por abrir mis ojos y mi corazón a la Vida. Gracias a ti, José, por conectarme en esos viajes con algo tan mágico y tan profundo, con la fuente misma de la vida y con todo lo que la hace ser lo que es para cada SER. A ti, Angela, por enseñarme lo que es el desapego, la dulzura, la generosidad sin limite. A mis profes y mis compis del Máster que me ayudaron a abrir puertas y ventanas, así el aire fresco pudo entrar a esta nueva casa. A ti, Rosi, porque aprendiendo tú a creer en ti, me estás enseñando a creer en mí. A Antonio por enseñarme que la vida es un libro y en él está mi historia, esa que sigo escribiendo día a día. A Lourdes por devolverme la magia, a mi chatillo por enseñarme a amar y a confiar a pesar de todo, a mi padre por enseñarme a respetar, a mi madre por enseñarme la bondad, a...
Gracias a todos y a todas por dejarme compartir estas locuras, porque ¡Ya sabéis que cada día estoy un poquito más loca ¿no? o ¿es más viva?!
que cada día estoy un poquito más loca ¿no? o ¿es más viva?!
Pase lo que pase
Pase lo que pase, el Infinito siempre nos da aquello que pedimos, aquello que en nuestro pensamiento ha tomado forma y a lo que nuestro deseo ha dado fuerza. Pase lo que pase, soy feliz cuando vivo en el presente. Nada existe fuera de mi, todo está en mi interior. El mundo es una pantalla gigante donde proyecto lo que hay dentro. ¿Porqué hacer de él una película triste y aburrida cuando puedo lograr que sea alegre y amorosa? En este salón de los espejos, l@s demás solo me muestran mi sombra, aquello que me cuesta ver: que no me gusto, que no me acepto...Pero también mi luz ¿Porqué no cambiar el guión? Acepto mi sombra y al hacerlo la ilumino, acepto mi luz y me muestro Única, perfecta, especial, amorosa, llena de confianza, de libertad, de alegría...
El sueño de Clara
El cuarto estaba en penumbra, el resplandor de la luna se filtraba a través de la ventana entreabierta. Hacía calor esa noche de verano pero eso no importaba a Clara que dormía tranquila y apaciblemente mientras que una sonrisa se dibujaba en su rostro dándole un aire infantil y tierno. Soñaba. Estaba en el borde de un abismo y allí, justo allí, se encontró con ella misma. Una mujer distinta a la que creía que era. Una mujer libre, tierna, confiada, apasionada, alegre, con una visión nueva de la vida. Poco a poco se fue despidiendo de su pasado y de su carga que tanto le había dolido. Lo dejó ir bendiciéndolo y agradeciéndole en el alma todo lo que le había dado. Ese pasado le hizo tener la fuerza que hoy necesitaba, a veces fue piedra y a veces agua, valerosa y llena de luz y de cariño. Despidió con amor a esa mujer asustada durante taaanto tiempo aunque no cobarde, triste aunque no sufrida, sumisa y obediente. Se alegró de pasar por donde había pasado, se alegró al ser como había sido, una parte de ella misma a la que hoy reconocía, agradecía y bendecía su compañía y su cariño durante tantos años. Con ternura daba paso a esa otra Clara que estaba escondida y temía salir del fondo del corazón por temor a que los demás le hicieran daño. Entonces reconoció cuanto daño se había hecho a ella misma y se perdonó cada momento de miedo y desamor. A partir de ahora, y aunque no sabía como, se encontraba dispuesta a fluir con la vida a cada momento, en cada situación, con cada ser que se encontrara en su camino. Decidió vivir libre por fin de sus ataduras, de sus complejos, de sus timideces, de sus "peros" que no eran más que miedo al camino y al cambio. Creyó llegado el momento de ser ella misma, valorada, respetada, perdonada y amada, con ese amor que salía de su corazón, con esa alegría que rebosaba en su alma. Se encontró libre para vivir y ser vivida, para amar y ser amada, para gozar y disfrutar de cada segundo, de cada aliento, de cada abrazo, de cada tempestad y de cada calma.
Se lanzó por aquél abismo sin saber muy bien a qué lado se dejaba caer ni qué había en ese camino por donde rodaba, rodaba y rodaba. No supo cuando paró, se incorporó y empezó a caminar. Solo sabía que había paz en ese trayecto, que al abandonar el pasado no había nostalgia, ni tristeza, ni alegría... solo una calma tranquila y sosegada. Un saber que todo estaba bien, que todo seguía el camino de ida y vuelta, el camino de la vida que estaba en todo, que sentía en ella misma, en el aire que respiraba, en la tierra que la sostenía. Sin saber como veía de otra forma las cosas, los paisajes...los colores eran distintos, todo tenía otra luz. A simple vista nada había cambiado, pero ella no se sentía igual. Se sentía un trozo de vida dejándose llevar, feliz y confiada.
El aire cálido de la noche la envolvió y se movió suavemente entre las sábanas. Abrió los ojos, pensó en el sueño, sonrió con dulzura y se entregó a la vida que, con los brazos abiertos, desde siempre la esperaba. No estaba sola, nunca lo estuvo. Clara ahora recordaba...
Hira Ratan Manek
Atardecer en los Cipreses Foto: Mamatere
El 28 del pasado mes de Julio, estuve en el Centro Cívico del Zaidín, en Granada. La sala de conferencias estaba llena de gente, tanta, que el aire acondicionado no podía cumplir con su misión. Hira Ratan Manek, estuvo hablando para todas aquellas personas que, a pesar del calor y el sudor que resbalaba por la piel, no quisimos perdernos sus palabras. Él, dice que se alimenta del sol y estuvo dando las pautas para todas las personas que quieran seguirlas. Dijo que hay que mirarlo al amanecer y al anochecer que es cuando no daña la vista, sin gafas, aunque puedes mirarlo con lentillas. Si estás en una ciudad donde te es dificil verlo, puedes hacerlo a través del reflejo en el agua, en los cristales de los edificios... en cualquier superficie que lo refleje. Hay que empezar por 10 segundos y todos los días agregar 10 segundos más. En 60 días estarás mirándolo durante 10 minutos. Con la práctica se mejora la visión del ojo porque a través del sol se genera vitamina A y D. Además el láser es una luz artificial de laboratorio y el sol tiene ese mismo rayo láser natural que es luz divina para los ojos. Después de mirar al sol, cierra los ojos concentrándote en la imagen interna del sol, cuando se vaya esta imagen, abre los ojos de nuevo. Cuanto más tiempo logres retener esta imagen con los ojos cerrados mejor, el ojo estará creciendo y el tercer ojo (glándula pineal) se hará más fuerte. Lo ideal es mirarlo con la menor cantidad de ropa posible, con la columna recta y los pies descalzos sobre la tierra. Los cinco dedos de los pies están conectados con: Dedo gordo con la glándula pineal Segundo dedo con la pituitaria El tercer dedo con el hipotálamo que nos aporta más energía. El cuarto dedo con el tálamo. Aquí se fraguan nuestras emociones. Con el sol se calman. El quinto dedo conecta con las glándula que están detrás de los ojos. Nos aporta salud y paz mental. Decía que el problema más grande del mundo es que no hay paz mental. La salud y la paz mental están dentro del ser humano escondidas. Todas las personas tienen acceso a ellas. Con estos ejercicios, nuestro poder se torna disponible, las emociones desequilibradas desaparecen y nos tornamos cada día en seres más civilizados y llenos de compasión. L@s niñ@s también pueden realizar esta práctica pero siendo el tiempo de exposición menor, como máximo 5 minutos al día hasta que cumplan quince años de edad. Cuando vamos a terapias donde se utilizan los colores o las gemas, estamos usando la energía que ellas acumulan del sol. Nuestro cuerpo puede hacer lo mismo mirándolo directamente ( solo al amanecer y al anochecer). Nuestros ojos tienen los siete colores del sol y son más poderosos que los prismas, los cristales, las gemas, las piedras... La luz viaja por el cuerpo trayendo la sanación. Cuando vamos aumentando el tiempo de exposición, las enfermedades van desapareciendo, la tasa de insulina se reduce... el sol desarrolla las células sanas para que éstas cumplan su misión dentro del cuerpo. Es una terapia completamente gratuita, el sol está ahí para tod@s. A los seis meses de práctica (60 minutos) se convierte en una meditación integral, nos tornamos libres de todas las desarmonías psíquicas y físicas, el aura se torna más fuerte, la kundalini se desarrolla, se eleva la conciencia y el espíritu. Con esta práctica se toma más prana. La respiración disminuye y el prana se eleva. Al mirar al sol suprimimos el hambre con lo que se hacen ayunos cada vez más intensos y más largos sin perjuicio para la salud. Nuestro cuerpo está hecho de luz, tiene un efecto fotovoltaico sobre nosostr@s. En seis meses la luz se almacena en nosotr@s, nuestro cuerpo hace fotosíntesis como las plantas a través de las glándulas que lo regulan. El cuerpo necesita energía, no comida. Esa energía la sacamos de los alimentos, en vez de sacarla directamente de la fuente de donde esos alimentos la sacan, del sol. No hacemos esfuerzos para conseguir el ayuno, surge de forma natural. Es una práctica para toda la vida. Si nuestro cuerpo se torna en un chip solar, todo estará hecho, se puede comer cuando se quiera pero no por necesidad sino para disfrutar de ese momento. El objetivo de esta práctica no es dejar de comer sino obtener salud. Esta práctica la podemos potenciar tomando agua energizada por el sol. Para ello si no disponemos de agua de manantial, hervimos agua corriente y se pone en un recipiente de vidrio en un lugar donde llegue la luz del sol. Se puede tomar durante las 24 horas siguientes, (máximo: dos litros diarios). Al beber de este agua la energía es aún mayor. No tiene residuos químicos ni productos energetizantes que puedan dañarnos. Y lo más importante es que todo esto es completamente gratuito.
El libro de Thot
En esta ocasión fue Antonio Peralta quién nos dio el taller y estuvo hablándonos del libro de Thot como camino hacia el autoconocimiento. Empezó con una relajación sencilla, centrándonos en nuestra respiración para después comenzar a hablarnos sobre el primer arcano, aunque en realidad no tiene número, aparece y desaparece en cualquier momento. El loco. En la lámina se ve como camina al borde de un precipicio indicando el peligro que eso conlleva porque cualquier paso en falso puede hundirlo. A su lado va un perro indicando las distracciones, todo aquello que lo distrae de su meta, de sus objetivos. En su hombro lleva una vara con dos cestos, uno atrás y otro delante. El que lleva delante puede verlo, es lo que hoy tiene, lo que va aprendiendo en esos momentos. El que lleva detrás, son las reminiscencias del pasado, el karma, lo que le hace actuar de una manera o de otra. Lleva la mirada perdida y no sabe muy bien hacia donde ir.Sobre su cabeza tiene el símbolo de la tierra y sobre él, a un lado, el símbolo de Plutón y un eclipse de sol, éste último indicando oscuridad, sombra.
Entre lámina y lámina, iban saliendo otros temas: ¿Qué es el miedo y qué el temor? Decía que miedo es la emoción que en el momento te empuja a la acción para huir, enfrentarte o paralizarte. El temor es la fantasía, el fantasma que nos creamos en nuestra mente y que hace que no podamos avanzar.Se habló de ternura, de respeto, de sueños... Cada persona iba exponiendo sus dudas, sus temores, sus ideas...
Siguió hablando de las láminas, así el loco cuando se hace consciente se convierte en El Mago y este a su vez cuando ha adquirido sabiduría en El Ermitaño. En todo esto me extenderé otro día mucho más. De todas formas no se acabó, quedaron muchas figuras por explicar y sé que esto será en una próxima vez, por eso hoy solo os dejo un pequeño boceto para que os quedeis con ganas de saber, de aprender lo que significan las láminas restantes.
Trajo material para compartir, todo el taller grabado en un cd... y muchas películas para compartir, para ver, para comentar, que ahora que tengo tiempo (estoy de vacaciones) grabaré para todas las personas que estuvimos allí y otras más que se han apuntado.
Gracias Antonio, gracias por tus regalos, pero sobretodo gracias por tu presencia y tu sabiduría compartida.
El canto, la música
Hace unos meses, comenzamos de nuevo con las Charlas de Salud y Crecimiento personal. En esta ocasión fue Dagmar Trichtinger la encargada de hablarnos acerca de los beneficios de la música en la salud de las personas. Decía que estaba comprobado que el canto hacía disminuir el stress, la ansiedad, el cansancio...por el contrario aumentan las defensas, los anticuerpos y las hormonas que, como la dopamina, hacen que nos sintamos mejor, más felices. Explicó como en un convento de franciscanos, al entrar un nuevo abad y prohibir el canto , éstos empezaron a enfermarse, hasta que el médico que los atendía les dijo que volvieran a retomarlo a ver que pasaba. Poco a poco todo volvió a a normalidad. Para estos monjes los días pasan dedicados al trabajo y la oración, duermen pocas horas y el canto equilibra el tiempo de sueño y el de vigilia. Decía que el cuerpo necesita poco tiempo para descansar y estar listo de nuevo, pero la mente si necesita ese descanso que le concede el sueño para encontrarse en forma.Al dormir pocas horas solo descansa el cuerpo, pero si meditas o cantas la mente descansa por lo que no son necesarias tantas horas de sueño. Contó tambien la historia de un mito japonés de la creación. No recuerdo los nombres, solo la historia: La diosa del Sol estaba recluida en su cueva y no salía al exerior donde todo eran sombras. Un día los humanos empezaron a cantar y la diosa quiso saber que era ese alboroto. Al salir lo inundó todo con su luz y su calor y todo fué hermoso. A partir de entonces la vida empezó a surgir por todos sitios.
Decía que se habían hecho experimentos en cárceles y hospitales y que se omprobaba como los presos dejaban de ser tan violentos y las enfermedades remitían con mucha más rapidez si los enfermos cantaban una sola hora al día. También que en la lucha contra el cáncer, que no es más que rabia contenida que no se ha podido expresar y se ha quedado dentro enfermando a la persona, se ha comprobado que al cantar durante una hora diaria ciertas notas, el cáncer remite en la mayor parte de los casos. En Málaga hay un centro donde admiten a enfermos de cáncer que no tengan aún metástasis, que esté en sus comienzos, con muy buenos resultados. Parece ser que con la música, las células se expanden, pero las cancerígenas son rígidas y no pueden expandirse por lo que revientan, explotan. Ahí preguntaron que porqué entonces cantantes de renombre también padecían cáncer, a lo que respondió que cuando del canto se hace la profesión, aparece el stress por hacerlo bien y deja de estar el disfrute de cantar solo por el hecho de hacerlo.
Al final estuvimos danzando y cantando a la madre tierra y también entonamos las vocales con el mudra que les corresponde. Sentí una energía inmensa y... ¡me supo a poco!
T.N.D.R.
¡Un mes! He tardado un mes desde que tuvo lugar la III Conferencia sobre Salud y Crecimiento Personal para contaros que se dijo en ella. Espero recordar con lujo de detalles ese día, esos momentos.
Se basó en la T. N. D. R. ( Técnica Natural Desbloqueante y Regeneradora) y su ponente fue mi buen amigo, mi hermano de alma, Miguel R. Rivas Manzano, masajista naturópata. En el cartel que anunciaba esta charla decía que "Nuestro cuerpo tiende a la vida, a la regeneración, a la salud. En ese estado, la energía fluye con armonía a través de nuestro cuerpo. Cuando esa energía se bloquea por el mundo que nos rodea o por nuestras emociones y nuestro cuerpo no consigue disolverlos aparece la enfermedad".
No solo habló sobre T.N.D.R. sino que también expresó esa sabiduría que él posee del Ser. Fue amena. Intercaló algunas historias de esas que te hacen pensar, puso algunas comparaciones para que todo se entendiera mejor y las dos horas y media que duró todo se hicieron muy muy cortas.
Dijo que esta es una nueva técnica que aporta un nuevo enfoque que en la práctica está dando resultado. Nace de la observación pragmática de hechos objetivos, evidentes y demostrables. Es un sistema de diagnóstico y tratamiento del Ser Humano basado en la exploración física manual de un paciente, integrando nuevos conceptos sobre las patologías somato-psíquicas. No es una técnica relajante (De eso doy fe, ja ja ja). Es una técnica regenerativa que hace que el mismo cuerpo recupere los tejidos lesionados.
Fue el doctor Cayo Martín quién descubrió esta nueva técnica y contó como el primer día que éste asistía a clase de Medicina Interna en el Hospital Clínico de Bilbao, su profesor inició la clase diciendo: "Debéis tener claro que los médicos no curamos nada, es el cuerpo el que sana la enfermedad, nosotros los médicos solo ayudamos en este proceso". Se preguntaba que si el cuerpo tiende a la vida, ¿por qué hay heridas que no se cierran? ¿Por qué hay enfermedades que el cuerpo no puede curar? Siempre creyó que estamos formados por un cuerpo físico y un alma o psique, pero su estudio no era suficiente para entender la existencia, el comportamiento y la evolución de los Nudos y las Lineas dolorosas ya que éstas no siguen las estructuras anatómicas conocidas.
El ser humano como ser consciente, se manifiesta en el mundo a través de su cuerpo físico con el movimiento. Estos movimientos se combinan dando las funciones de andar, de abrazar, de rechazo, de ataque, de comer... En cada función participa un grupo concreto de músculos, tendones, nervios...todos ellos se encuentran en la línea de fuerza del movimiento de esa función. Los Nudos Dolorosos aparecen en la articulación que más tensión soporta en la línea de fuerza alterada y al tratarlos también se equilibran los conflictos psíquicos asociados a esas patologías.
El cuerpo humano es una máquina perfecta activada o bloqueada por el mundo que nos rodea y por la mente. Los bloqueos externos provenientes del mundo que nos rodea y los internos que provienen de nuestras emociones, se van a reflejar en el cuerpo físico como Bloqueos de energía que se manifiestan como Nudos Dolorosos, Líneas Dolorosas ... Estos bloqueos aparecen mucho antes que el paciente se de cuenta de su enfermedad.
Habló de los tres centros energéticos de la persona. El primero reside en el vientre, es ahí donde tenemos nuestro poder, nuestra fuerza, es el que nos avisa de un peligro, de lo que nos va a ir bien o mal. Es una energía visceral muy importante y que hemos olvidado. Hemos dejado de respirar con el vientre como hacen los recién nacidos y no nos relajamos. Hay que volver a él, coger nuestro poder para estar en la vida.
El segundo reside en el plexo solar, el corazón. Es el centro de los sentimientos, ahí reside el YO SOY, es otro centro que vamos cerrando para que no nos hagan daño, cuando en realidad somos nosotros los que nos hacemos daño al cerrarnos a los demás, porque también nos cerramos a nosotros mismos, nos cerramos a dar y a recibir.
El tercero es la mente. Sólo debería ser un centro más, pero le hemos dado la mayor importancia. Todo lo que hacemos pasa por la mente aunque no necesariamente por los demás centros. Si viniese un extraterrestre y estudiara como actuamos, vería que lo hacemos a través de estos tres centros, sobre todo a través de la mente, que todo lo piensa, que todo lo controla... Debe haber un equilibrio entre los tres.
Dentro de la T. N. D. R., decía como detectar esos nudos que hacen que la energía no fluya y porqué se forman y como pueden llegar a generar una enfermedad. Puso la comparación de los coches y la Policía, cuando voy a más velocidad de la permitida me multan, o ese otro ejemplo tan expresivo de que aunque quiera llevar a mi amigo a Zaragoza, no puedo si solo tengo dinero para enseñarle el pueblo. Lo mismo sucede con el cuerpo, si gasto más energía de la que tengo, esto pasa una factura, esa factura es el dolor que nos avisa de que algo no marcha bien.
En el cuerpo se tratan de arriba hacia abajo tres bandas:
Izquierda (reflexión), Centro (pilar del Yo Soy, lugar donde se asientan los chakras principales), Derecha (acción). Cada parte del cuerpo tiene una misión y nos indica que es lo que retiene, que es lo que no fluye por ella, que es lo que nos cuesta abrazar o de qué tiramos, que nos causa stres, ira, a qué le damos vueltas, que miedos tenemos y como andamos por la vida...
Aparte de lo que esta charla me ha enseñado, solo tengo palabras de agradecimiento y de cariño para él y para su terapia. Por mucho que le cuente nadie más que yo sabe los miedos que he superado, la tristeza que he dejado atrás, como me ha cambiado la forma de ver la vida, como he ido abriendo mi mente, mi corazón... en este tiempo. Es verdad que, como a veces me dicen, el cambio ya estaba en mí, ya lo buscaba, pero también es verdad que necesitaba una mano que de alguna manera me guiara, me acompañara, me mostrara ese camino que quería recorrer. Por eso agradezco cada día su confianza, su cariño, su respeto, su generosidad, su paciencia... y esa amistad que en el tiempo transcurrido se ha hecho más fuerte, más entrañable y más hermosa. Gracias, de todo corazón.
El bosque
Foto Robe
No sé si estoy soñando, pero de pronto me encuentro en un bosque que surge de la nada. Un bosque grande, de árboles altos y frondosos. Hay pinos, alisos, robles, fresnos... Estoy en un claro de ese bosque por donde entran los rayos del sol que lo llenan de alegría. Las mariposas de colores: blancas, azules, amarillas, violetas... vuelan por todos sitios y parece que juegan o danzan unas con otras el baile de la vida.En las ramas de los árboles, los pájaros, algunos desconocidos, lo llenan todo con su canto alegre y melodioso. Hay animales que van y vienen: ciervos, águilas, ardillas... pero no huyen de mí. Siento que soy parte de este bosque. El suelo está tapizado de hojas y de hierba y hay flores salpicadas por todos sitios. Siento la brisa del aire en mi cuerpo a la vez que los rayos del sol me acarician dulcemente. Las abejas van hacia su panal lleno de miel y entre las hojas caídas, las hormigas buscan su alimento. Hay una cueva medio escondida entre las ramas de los árboles y escucho el sonido del agua de un arroyo que está cerca. Miro hacia arriba y entre las verdes hojas que se mueven con el viento se filtra el sol y su luz me llega con los colores del arco iris, llenándolo todo de magia, de belleza y de paz. En este claro donde estoy hay varios caminos. Elijo uno para andar por él. No es ancho ni estrecho, pero es perfecto para mí. Su tierra parece arena dorada y a los lados está lleno de plantas que lo alegran. De vez en cuando surgen otros caminos, pero mis pies saben por donde han de ir, que vereda han de seguir, y sigo adelante. En un recodo del camino veo un árbol grande con un trono grueso. En él hay un hueco y me acerco porque veo algo que brilla. Es una copa de cristal reluciente, claro y limpio, como si fuese un diamante y que al contacto con la luz del sol se llena de colores. Es hermosa. Al tomarla en mis manos parece un cáliz dorado. Sonrío y vuelvo a dejarla donde estaba después de tomar un sorbo de su agua dulce y fresca. Sigo adelante observando la vida que brota desde todos los rincones. El olor de las flores y de algunos árboles lo llena todo. Un poco más adelante veo una llave. Está en el suelo. Me agacho, la cojo, juego con ella... Es grande y me recuerda a las llaves antiguas de las puertas de las casa de antes, la de mis padres, mis tías... hasta creo que me recuerda la llave que siempre dibujan de San Pedro. ¡Es curioso! La cojo y la guardo en mi bolsillo y sigo sonriéndome. ¡Que suerte tengo! Me encuentro una copa cuando tengo sed y justo ahora una llave, cuando a lo lejos estoy viendo una casa. Siento ganas de llegar a ella. Podría pasar desapercibida por completo porque parece que forma parte del paisaje que estoy viendo. El camino por donde voy me conduce a ella. Cuando me voy acercando veo que es de piedra, de la misma piedra que hay en los alrededores. Es grande, aunque no demasiado. Acogedora. A la entrada tiene un porche lleno de macetas con rosales llenos de flores blancas y rosas. Hay ventanas y una puerta de madera grande que al abrirse me deja ver una habitación espaciosa y grande, llena de la luz que entra por los ventanales. Es blanca, apenas hay muebles o adornos, tampoco hay tabiques o paredes, solo unas escaleras amplias que llevan al piso de arriba. En una pared hay una chimenea, el fuego está encendido aunque no quema la leña y da un calor muy agradable a la casa. Subo las escaleras y hay una habitación con grandes ventanales y solo una esterillas en el suelo. Lo que se ve desde allí es precioso,el bosque, el cielo azul, alguna nube blanca que lo cruza y un lago precioso. Bajo de nuevo.En la chimenea, sobre el fuego, veo una olla de barro grande con algo que hierve en su interior y que desprende un agradable aroma. Me siento bien. Me gusta esta casa. Es cálida y acogedora. Me apetece descubrir sus alrededores. Quiero ver ese lago que vi desde arriba. Cuando llego admiro sus aguas que son de un azul intenso que se confunden con el cielo, aunque a veces parecen de un verde esmeralda. Están tranquilas, Las olas de la superficie van y vienen suavemente y dejan en la orilla su espuma blanca sobre la arena dorada que resplandece con la luz, ya del atardecer. El cielo en el horizonte está cargado de violetas, rosas, naranjas,... que despiden al día. Poco a poco me quito la ropa, me quedo desnuda y dejo que los rayos de ese sol que se va acaricien mi cuerpo mientras voy adentrándome en ese lago lleno de paz. Siento como el agua me abraza y me da la bienvenida y puedo nadar y adentrarme en él sin miedo, con calma, sintiendo que en él puedo flotar o zambullirme. El fondo está lleno de algas, de peces de colores y un delfín me lleva lago adentro. Su piel es lisa, suave, húmeda y me llena de confianza. Sé que todo está bien. Salgo del agua con la misma calma y aunque estoy a gusto dejo la casa y el lago porque aún me queda camino por recorrer antes de que oscurezca. No puedo, aunque quiera, quedarme aquí para siempre, solo el tiempo necesario para disfrutar este momento especial y único. Sigo andando. Me doy cuenta de que sigo desnuda, no necesito la ropa, no hace frío aunque el sol ya está lejos. Ante mí se alza un muro alto y grueso que me impide seguir adelante. Ya es tarde para volver a la casa, al lago, al bosque. Siento curiosidad por saber que hay tras él. Busco una grieta, un árbol desde cuyas ramas pueda saltar al otro lado, algunas piedras por donde subir... En mi mano aún tengo la llave y en el muro hay una hendidura que palpo con mis dedos. Introduzco la llave, giro, empujo, y ... ¡¡¡Aaayyy!!! Lo que veo es precioso... Un Aro Iris inmenso me da la bienvenida, hadas, ángeles, seres de luz vuelan en el aire llenándolo todo de amor, esparciéndolo por todos sitios con sus varitas llenas de magia. Mar. cielo y tierra se confunden y la música del silencio, la más bella melodía empieza a cantar en mi corazón. Sé que he vuelto a Casa y el Amor me recibe. Sé de nuevo que todo está bien.
Os dejo aquí constancia de unas frases que me dejó Mirian Gutiérrez Medina, ponente de la II Charla sobre Salud y Crecimiento personal, para que eligiera y pusiera en el cartel que la anunciaba .
"La ley de atracción obra en el Universo y el inmutable principio superior de ella derivado es que cada cosa atrae a su semejante en armonía con el infinito" RODOLFO WALDO TRINE "Somos lo que pensamos, somos lo que sentimos" "Soy lo que veo dentro de mí mismo. Puedo hacer todo lo que el pensamiento me sugiere. Puedo llegar a ser todo aquello que el pensamiento me revela. Así debe ser la fe inquebrantable del ser humano en sí mismo, porque Dios vive en él" SRI AUROVINDO
Estas frases que ya solemos estar habituados a escuchar de alguna manera nos dan mucho tema para meditar, para pensar en lo que hacemos con nuestra vida y con nosotros mismos, qué se refleja en nuestra vida diaria, qué clase de personas, de situaciones... atraemos, qué emociones, qué pensamientos tenemos, qué nos imaginamos que somos, qué vamos a hacer... pero de verdad, sin mentirnos o taparnos nada a nosotros mismos. Os dejo que hableis con ese vuestro otro Yo en el silencio que pueda otorgaros la mente y observeis si esto es una realidad o no. ¡ Ya teneis trabajo, ya ! jajaja
Tambien os dejo aquí algo de lo que se dijo en esa charla: Cuando se genera un pensamiento se producen una serie de emociones y sentimientos que se expresan en el cuerpo, nos demos cuenta o no. Todo nos influye, aunque no tengamos conciencia de ello. Todo lo que pienso y digo actua en mí y a mi alrededor, según pienso y actuo así vivo, por eso el pensamiento, la palabra y la acción deben estar unidas. Cada ser humano es responsable de lo que sucede en su vida, todo lo que hacemos influye en ella. La vida es una escuela, es un constante aprendizaje desde que nacemos hasta que nos vamos. En este aprendizaje es muy importante el perdón, hacia nosotros mismos primero y luego hacia los demás. Con él, olvidamos el dolor que genera la experiencia vivida, aunque esa experiencia quede guardada como lo que es, algo que puede ayudarnos en otro momento para que esa situación no vuelva a repetirse. El amor nos abre a la vida, nos hace avanzar por ella, mientras que el miedo nos ata y nos incapacita para ver otra cosa que no sea aquello a lo que tememos, algo que atraemos a nuestra vida y que solo enfrentandonos a él podremos transformar. Tememos a muchas cosas, sobre todo a los cambios y lo cierto es que en la vida todo cambia, nada permanece. Cada segundo es distinto del anterior, mi cuerpo, mi entorno ha cambiado aunque no lo perciba, aunque no sea consciente de ello. La auto observación es el único camino para saber quien soy en realidad. Cuando observo me doy cuenta de lo que pasa en mí y a mi alrededor. El proceso de la mente es algo que yo domino, mi mente es parte de mí, pero no soy Yo. Es una herramienta que procesa la información que recibimos. Se tocaron otros muchos temas, como por ejemplo el desapego. Aquí puso de ejemplo a los emigrantes. Hombres y mujeres que dejan sus casas, sus amigos, sus familias, sus raices... buscando una vida que sea mejor, solo les queda en esa búsqueda su vida, a la que tampoco se atan, porque saben que pueden perderla en cualquier momento. Y a pesar de todas las experiencias, buenas y malas que han ido acumulando, cuando te miran no lo hacen con tristeza ni con resentimiento sino ofreciéndote lo único que les queda, una gran sonrisa. ¡Un buen ejemplo para muchos! Dejo para lo último una frase que me gustó: "La imaginación construye nuestra vida". Hagamos que esa imaginación se desborde de buenos sentimientos, de buenas vivencias, de positivos encuentros, de colores alegres y sonrisas inmensas para poder compartir y vivir desde dentro con todos los que hay a nuestro alrededor, sin olvidarnos jamás que debemos empezar por nosotros mismos. Solo si nosotros cambiamos todo empezará a cambiar.
Flores Arco Iris
El sábado 26 de abril, estuvo aquí, en Alcalá, la doctora Julia Nancy Martinez Fundora, de Cuba, presentando un sistema floral que ella ha creado. La acompañaba un buen amigo, Miguel R. Rivas Manzano, naturópata. Él utiliza la TNDR en sus terapias. Ya hablaré otro día de ésta técnica, hoy le toca a Julia. Es una mujer increible, con una gran humanidad, humildad y una extraordinaria sabiduría. Durante toda la semana dió charlas en la provincia de Granada y creo que no dejó indiferente a nadie. Es un placer escuchar las palabras que vienen del alma. Sé que hay personas que aún no pueden comprender como unas flores pueden ayudar a que nuestros cuerpos sanen " ya que la experiencia personal no es un elemento de prueba para la ciencia porque no tiene parámetros para medirlo" pero para éstas que aún dudan y aquellas que pensamos que esto sucede, no está de más recordar algo de lo que he escuchado en estos días. No puedo decirlo textualmente porque solo puedo escribir aquello que a mi me ha llegado y que se ha quedado dentro: Hoy se buscan cada día más las terapias naturales y éstas pueden ser una alternativa cuando la farmacología no acaba de funcionar. La persona debe ser tratada siempre de forma integral. La ciencia médica está abarcada en la ciencia de la salud y ésta en la ciencia de la vida. Con ella se incrementa, se recupera el estado de bienestar del ser humano no solo como individuo sino tambien como persona.Tambien la terapia natural puede tener un futuro en la ciencia de la vida. El ser humano no es solo un individuo, sino tambien una persona (del griego PERSON: que resuena). Habló tambien de la teoría de la complejidad: Todo ser material tiene cuerpo, flujo con información y masa. El Ser Humano tiene además sentido y busca su bienestar, tambien el desarrollo de su conciencia. Está interesada en que se investigue en estos campos para sacar a la luz todo lo que se hace y que no se quede solo en la superficie. Tambien dice que las investigaciones cuantitativas (ciencia) y las cualitativas no son opuestas. No se trata de negar la otra parte, se trata de aunar y de complementarse. La salud, decía, es la capacidad plena de la persona para participar armoniosamente en la vida. Con las flores se trata de sanar las emociones, ajustando primero nuestra personalidad con las esencias silvestres y luego tratar de buscar valores. No se puede ser paciente cuando se está en desarmonía. Cuando la ira, la impaciencia, las inquietudes nos comen por dentro. Con las siete mariposas (una especie de flores, como por ejemplo: El Ave del Paraiso) se trata de armonizar la personalidad cuando ya tiene un cierto equilibrio con el despertar del alma. Así puedo aspirar a valores superiores como la Libertad, la Dignidad o la Juticia. La fórmula para equilibrar la frecuencia vibratoria de los chakras, además de esencias florales, tiene tambien gemas y minerales y tambien ajustan nuestra personalidad. Las siete orquideas nos ayudan a adquirir esos valores que buscamos y la magnolia sintetiza todo el conocimiento, guarda en su interior toda la información sobre la fraternidad, el amor fraternal. Este sistema floral está diseñado para que no queden aspectos de la persona sin tratar. Lo que hay en las flores no es un medicamento, por lo que no tiene contraindicaciones, es un remedio, una información muy sutil que llega a nosotros. Podemos ayudar a los demás, pero para hacerlo tenemos que ayudarnos a nosotros antes, no podemos equilibrar el mundo si nosotros estamos desequilibrados, por eso tiene una gran importancia el que los seres humanos crezcamos interiormente y las flores, o mejor las esencias florales, nos ayudan a conseguirlo.
Bueno, cono todo esto no os he dicho que el sistema floral que nos ha presentado la Doctora Julia se llama "ARCOIRIS" DE CUBA. Que deseo volver a escucharla, a aprender, a empaparme de todo aquello que pueda ayudarme a enriquecerme y a seguir creciendo como persona y que me encantaría poder seguir compartiendo con vosotros-as todo lo que a mí me llegue.
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