El viento lleva hojas
encharcadas
sobre las aceras de mi corazón.
Cambia el rumbo
y trae lluvia menuda, alegre,
que limpia los ropajes gastados
de cada estación.
El sol asoma
trás las nubes del pasado
y toda mi vida se hace presente
en este instante,
efímero,
de un tiempo que no existe
y al que le doy forma
y presencia,
como si fuera real.
Nada es lo que parece
y nada existe,
aunque todo es.
Vaivenes en las orillas
de un largo rio
llamado Vida
que nace y desemboca,
para volver a nacer
en algún lugar.
Todo se hace espacio sagrado
donde habito.
Ayer, hoy y mañana
me regalan
la magia del olvido
y del recuerdo,
del momento vivido
en cualquier tiempo,
en cualquier espacio.
Toda mi casa va abriendo
sus resquebrajadas puertas
y ventanas casi oxidadas,
antes cerradas
por temor a vendavales.
Y la luz, sinuosa,
clara y cálida,
va rellenando los huecos
de las sombras,
de los vacíos,
de las aristas pulidas
del desengaño.
Entra el canto vibrando bajito,
moviéndolo todo de sitio,
y amanece una sonrisa
con la primavera.
Mi mano se extiende
y toma la tuya...
El sendero se abre
para andar por él.
encharcadas
sobre las aceras de mi corazón.
Cambia el rumbo
y trae lluvia menuda, alegre,
que limpia los ropajes gastados
de cada estación.
El sol asoma
trás las nubes del pasado
y toda mi vida se hace presente
en este instante,
efímero,
de un tiempo que no existe
y al que le doy forma
y presencia,
como si fuera real.
Nada es lo que parece
y nada existe,
aunque todo es.
Vaivenes en las orillas
de un largo rio
llamado Vida
que nace y desemboca,
para volver a nacer
en algún lugar.
Todo se hace espacio sagrado
donde habito.
Ayer, hoy y mañana
me regalan
la magia del olvido
y del recuerdo,
del momento vivido
en cualquier tiempo,
en cualquier espacio.
Toda mi casa va abriendo
sus resquebrajadas puertas
y ventanas casi oxidadas,
antes cerradas
por temor a vendavales.
Y la luz, sinuosa,
clara y cálida,
va rellenando los huecos
de las sombras,
de los vacíos,
de las aristas pulidas
del desengaño.
Entra el canto vibrando bajito,
moviéndolo todo de sitio,
y amanece una sonrisa
con la primavera.
Mi mano se extiende
y toma la tuya...
El sendero se abre
para andar por él.
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