La niña
Hay un hilo de sangre,
Tenue, casi invisible,
Pero que quema
Por donde pasa.
Hay una herida abierta
Tras una cortina de humo
Fina y transparente.
La herida de esa niña,
Abandonada,
Vestida con papel de viejo periódico
Que mira fuera, dentro,
Sin entender nada.
Y la historia se repite
Una y otra vez,
El abandono,
La soledad del alma,
La tristeza enquistada
En cada esquina…
¿Cómo decirle que tiene mi mano
Para andar el camino?
Que tiene mis brazos
Para abrazarla,
Y mi hombro
Para que descanse
Del largo recorrido.
Cómo decirle
Que no está perdida en el sendero
Que el lugar que pisa
Es el correcto,
Y que en ella está el mapa
Del trayecto secreto.
Y la veo,
Está allí, junto al mar,
Y las olas mojan sus pies pequeños
Sus ojos son dos soles
Entre sus párpados abiertos.
Y el sol va tornándose rojizo,
En un atardecer bello y perfecto.
Abrazando al abrazo
La palabra enmudece.
Solo se escucha
El latir del corazón
Y el agua que va y viene.
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