Atardecer en los Cipreses Foto: Mamatere |
El 28 del pasado mes de Julio, estuve en el Centro Cívico del Zaidin, en Granada. La sala de conferencias estaba llena de gente, tanta, que el aire acondicionado no podía cumplir con su misión. Hira Ratan Manek, estuvo hablando para todas aquellas personas que, a pesar del calor y el sudor que resbalaba por la piel, no quisimos perdernos sus palabras. Él, dice que se alimenta del sol y estuvo dando las pautas para todas las personas que quieran seguirlas. Dijo que hay que mirarlo al amanecer y al anochecer que es cuando no daña la vista, sin gafas, aunque puedes mirarlo con lentillas. Si estás en una ciudad donde te es dificil verlo, puedes hacerlo a través del reflejo en el agua, en los cristales de los edificios... en cualquier superficie que lo refleje. Hay que empezar por 10 segundos y todos los días agregar 10 segundos más. En 60 días estarás mirándolo durante 10 minutos. Con la práctica se mejora la visión del ojo porque a través del sol se genera vitamina A y D. Además el laser es una luz artificial de laboratorio y el sol tiene ese mismo rayo laser natural que es luz divina para los ojos. Después de mirar al sol, cierra los ojos concentrándote en la imagen interna del sol, cuando se vaya esta imagen, abre los ojos de nuevo. Cuanto más tiempo logres retener esta imagen con los ojos cerrados mejor, el ojo estará creciendo y el tercer ojo (glándula pineal) se hará más fuerte. Lo ideal es mirarlo con la menor cantidad de ropa posible, con la columna recta y los pies descalzos sobre la tierra. Los cinco dedos de los pies están conectados con:
Dedo gordo con la glándula pineal
Segundo dedo con la pituitaria
El tercer dedo con el hipotálamo que nos aporta más energía.
El cuarto dedo con el tálamo. Aquí se fraguan nuestras emociones. Con el sol se calman.
El quinto dedo conecta con las glándula que están detrás de los ojos.
Nos aporta salud y paz mental. Decía que el problema más grande del mundo es que no hay paz mental. La salud y la paz mental están dentro del ser humano escondidas. Todas las personas tienen acceso a ellas. Con estos ejercicios, nuestro poder se torna disponible, las emociones desequilibradas desaparecen y nos tornamos cada día en seres más civilizados y llenos de compasión.
L@s niñ@s tambien pueden realizar esta práctica pero siendo el tiempo de exposición menor, como máximo 5 minutos al día hasta que cumplan quince años de edad.
Cuando vamos a terapias donde se utilizan los colores o las gemas, estamos usando la energía que ellas acumulan del sol. Nuestro cuerpo puede hacer lo mismo mirandolo directamente ( solo al amanecer y al anochecer). Nuestros ojos tienen los siete colores del sol y son más poderosos que los prismas, los cristales, las gemas, las piedras... La luz viaja por el cuerpo trayendo la sanación. Cuando vamos aumentando el tiempo de exposición, las enfermedades van desapareciendo, la tasa de insulina se reduce... el sol desarrolla las células sanas para que éstas cumplan su misión dentro del cuerpo. Es una terapia completamente gratuita, el sol está ahí para tod@s.
A los seis meses de práctica (60 minutos) se convierte en una meditación integral, nos tornamos libres de todas las desarmonías psiquicas y fisicas, el aura se torna más fuerte, la kundalini se desarrolla, se eleva la conciencia y el espiritu. Con esta práctica se toma más prana. La respiración disminuye y el prana se eleva.
Al mirar al sol suprimimos el hambre con lo que se hacen ayunos cada vez más intensos y más largos sin perjuicio para la salud. Nuestro cuerpo está hecho de luz, tiene un efecto fotovoltaico sobre nosostr@s. En seis meses la luz se almacena en nosotr@s, nuestro cuerpo hace fotosintesis como las plantas a través de las glándulas que lo regulan. El cuerpo necesita energía, no comida. Esa energía la sacamos de los alimentos, en vez de sacarla directamente de la fuente de donde esos alimentos la sacan, del sol. No hacemos esfuerzos para conseguir el ayuno, surge de forma natural. Es una práctica para toda la vida. Si nuestro cuerpo se torna en un chip solar, todo estará hecho, se puede comer cuando se quiera pero no por necesidad sino para disfrutar de ese momento. El objetivo de esta práctica no es dejar de comer sino obtener salud.
Esta práctica la podemos potenciar tomando agua energizada por el sol. Para ello si no disponemos de agua de manantial, hervimos agua corriente y se pone en un recipiente de vidrio en un lugar donde llegue la luz del sol. Se puede tomar durante las 24 horas siguientes, (máximo: dos litros diarios). Al beber de este agua la energía es aún mayor. No tiene residuos quimicos ni productos energetizantes que puedan dañarnos. Y lo más importante es que todo esto es completamente gratuito.
Dedo gordo con la glándula pineal
Segundo dedo con la pituitaria
El tercer dedo con el hipotálamo que nos aporta más energía.
El cuarto dedo con el tálamo. Aquí se fraguan nuestras emociones. Con el sol se calman.
El quinto dedo conecta con las glándula que están detrás de los ojos.
Nos aporta salud y paz mental. Decía que el problema más grande del mundo es que no hay paz mental. La salud y la paz mental están dentro del ser humano escondidas. Todas las personas tienen acceso a ellas. Con estos ejercicios, nuestro poder se torna disponible, las emociones desequilibradas desaparecen y nos tornamos cada día en seres más civilizados y llenos de compasión.
L@s niñ@s tambien pueden realizar esta práctica pero siendo el tiempo de exposición menor, como máximo 5 minutos al día hasta que cumplan quince años de edad.
Cuando vamos a terapias donde se utilizan los colores o las gemas, estamos usando la energía que ellas acumulan del sol. Nuestro cuerpo puede hacer lo mismo mirandolo directamente ( solo al amanecer y al anochecer). Nuestros ojos tienen los siete colores del sol y son más poderosos que los prismas, los cristales, las gemas, las piedras... La luz viaja por el cuerpo trayendo la sanación. Cuando vamos aumentando el tiempo de exposición, las enfermedades van desapareciendo, la tasa de insulina se reduce... el sol desarrolla las células sanas para que éstas cumplan su misión dentro del cuerpo. Es una terapia completamente gratuita, el sol está ahí para tod@s.
A los seis meses de práctica (60 minutos) se convierte en una meditación integral, nos tornamos libres de todas las desarmonías psiquicas y fisicas, el aura se torna más fuerte, la kundalini se desarrolla, se eleva la conciencia y el espiritu. Con esta práctica se toma más prana. La respiración disminuye y el prana se eleva.
Al mirar al sol suprimimos el hambre con lo que se hacen ayunos cada vez más intensos y más largos sin perjuicio para la salud. Nuestro cuerpo está hecho de luz, tiene un efecto fotovoltaico sobre nosostr@s. En seis meses la luz se almacena en nosotr@s, nuestro cuerpo hace fotosintesis como las plantas a través de las glándulas que lo regulan. El cuerpo necesita energía, no comida. Esa energía la sacamos de los alimentos, en vez de sacarla directamente de la fuente de donde esos alimentos la sacan, del sol. No hacemos esfuerzos para conseguir el ayuno, surge de forma natural. Es una práctica para toda la vida. Si nuestro cuerpo se torna en un chip solar, todo estará hecho, se puede comer cuando se quiera pero no por necesidad sino para disfrutar de ese momento. El objetivo de esta práctica no es dejar de comer sino obtener salud.
Esta práctica la podemos potenciar tomando agua energizada por el sol. Para ello si no disponemos de agua de manantial, hervimos agua corriente y se pone en un recipiente de vidrio en un lugar donde llegue la luz del sol. Se puede tomar durante las 24 horas siguientes, (máximo: dos litros diarios). Al beber de este agua la energía es aún mayor. No tiene residuos quimicos ni productos energetizantes que puedan dañarnos. Y lo más importante es que todo esto es completamente gratuito.
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