Voy andando por la ciudad
repleta de calles
a esa hora
adormecida de la tarde.
Todo está limpio,
vacío de silencios
y de notas de acordeón,
ni siquiera las sombras
la recorren
en este espacio,
en este tiempo.
Sólo la calíma
se refleja
en los espejos de su asfalto
blanquinegro,
a esta hora
en que solo unos pies
caminan
con la lenta lentitud
del mediodía del sur.
repleta de calles
a esa hora
adormecida de la tarde.
Todo está limpio,
vacío de silencios
y de notas de acordeón,
ni siquiera las sombras
la recorren
en este espacio,
en este tiempo.
Sólo la calíma
se refleja
en los espejos de su asfalto
blanquinegro,
a esta hora
en que solo unos pies
caminan
con la lenta lentitud
del mediodía del sur.
No hay comentarios:
Publicar un comentario