En la penumbra de la noche
una luz.
En el silencio de la noche
una melodía.
Tras la ventana,
mis ojos,
en los cristales turbios,
húmedos,
goteantes,
llenos de sal.
¡Cómo escuecen los recuerdos!
Entra un aire galopante,
blanco,
como el frío
que traspasa el alma.
Una rosa se deshoja
y se clavan
llenas de sangre
sus espinas
¡Como duelen los recuerdos!
Ignorada en el tumulto,
confundida en el silencio,
en plena soledad
cargo con la cruz
¡Cómo pesan los recuerdos!
Una brisa me acaricia
el aire huele a flores,
a romero,
a manzanilla.
Una sonrisa en los labios,
una luz dentro del alma.
Sólo a veces
¡qué tiernos son los recuerdos!
una luz.
En el silencio de la noche
una melodía.
Tras la ventana,
mis ojos,
en los cristales turbios,
húmedos,
goteantes,
llenos de sal.
¡Cómo escuecen los recuerdos!
Entra un aire galopante,
blanco,
como el frío
que traspasa el alma.
Una rosa se deshoja
y se clavan
llenas de sangre
sus espinas
¡Como duelen los recuerdos!
Ignorada en el tumulto,
confundida en el silencio,
en plena soledad
cargo con la cruz
¡Cómo pesan los recuerdos!
Una brisa me acaricia
el aire huele a flores,
a romero,
a manzanilla.
Una sonrisa en los labios,
una luz dentro del alma.
Sólo a veces
¡qué tiernos son los recuerdos!
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