Tus ojos me recuerdan la vida,
y tus párpados la noche
que aletea en tus pestañas.
No tengo que cerrar mis ojos
para ver los tuyos.
Aunque no los vea,
en cualquier parte que miro
allí están,
mirándome,
mirándonos,
y yo...mirándote.
Aún me baño en tu mirada
y me recreo en tu rostro,
aún acaricio tus mejillas
y dibujo tu perfil
de dios griego
en la penumbra del tiempo.
Y mi corazón, como un cofre,
aún guarda tu recuerdo
como un tesoro escondido.
Sigilosa lo abro,
lo acaricio, lo miro y lo cierro
para que no escape nada.
Aún siento tu risa y tu voz
en mi oido
musitando caricias de viento,
yo las oigo
quebrantando mi silencio.
Me sigues arropando
en las noches vacías,
y me das una flor
al rayar el alba,
pero, ¿dónde están tus palabras?
noto su ausencia,
y todo está vacío.
Mi corazón sigue tu compás
y espera.
La luz de una mariposa
me dice que no estás,
que ya te has ido
He visto tu camino lleno de luz
y quiero ir allí,
aquí, me envuelven las sombras.
Sigo vigilando la orilla del río
y Creonte no pasa,
su barca de remos va lenta
y se enreda en las algas.
Mientras, devano los hilos de la vida
¡tan torpes mis manos!
se enredan en el ovillo
y vuelven a empezar
lo que ha acabado.
Sentada sobre la ventana del tiempo
veo cambiar el paisaje
de un invierno a otro invierno,
de la noche a la mañana,
una mañana gris y húmeda
repleta de fina escarcha
y tus párpados la noche
que aletea en tus pestañas.
No tengo que cerrar mis ojos
para ver los tuyos.
Aunque no los vea,
en cualquier parte que miro
allí están,
mirándome,
mirándonos,
y yo...mirándote.
Aún me baño en tu mirada
y me recreo en tu rostro,
aún acaricio tus mejillas
y dibujo tu perfil
de dios griego
en la penumbra del tiempo.
Y mi corazón, como un cofre,
aún guarda tu recuerdo
como un tesoro escondido.
Sigilosa lo abro,
lo acaricio, lo miro y lo cierro
para que no escape nada.
Aún siento tu risa y tu voz
en mi oido
musitando caricias de viento,
yo las oigo
quebrantando mi silencio.
Me sigues arropando
en las noches vacías,
y me das una flor
al rayar el alba,
pero, ¿dónde están tus palabras?
noto su ausencia,
y todo está vacío.
Mi corazón sigue tu compás
y espera.
La luz de una mariposa
me dice que no estás,
que ya te has ido
He visto tu camino lleno de luz
y quiero ir allí,
aquí, me envuelven las sombras.
Sigo vigilando la orilla del río
y Creonte no pasa,
su barca de remos va lenta
y se enreda en las algas.
Mientras, devano los hilos de la vida
¡tan torpes mis manos!
se enredan en el ovillo
y vuelven a empezar
lo que ha acabado.
Sentada sobre la ventana del tiempo
veo cambiar el paisaje
de un invierno a otro invierno,
de la noche a la mañana,
una mañana gris y húmeda
repleta de fina escarcha
No hay comentarios:
Publicar un comentario