Tengo la mente vaga,
vacía de pensamientos
y de palabras.
Quiero aturdirla con el olvido,
con la desgana,
quiero embotarla
de sin sentidos,
hacerla vieja,
gastada.
Como una hoja sin libro,
una tinta sin pluma
o una arena sin playa.
Y el mar vuelve a llenar los odres
de la desidia con esperanza.
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