Se oyen perros
a lo lejos
que ladran a la luna
silenciosa, altiva,
redonda y bella,
que derrama su luz
sobre grises piedras
y me baña la mirada
de nostalgia fría y serena.
Y me acaricia
como espuma, como brisa,
en el silencio de la noche
Y me engañan los sentidos
y creo que amanece,
pero aún hay mariposas
que aletean en sus ojos,
luciérnagas del camino
en la oscuridad,
senderos de plata
envejecidos por el tiempo
y el silencio.
Los perros siguen ladrando
y ella les mira,
lacónica y esquiva
y sonríe.
Dueña de la noche,
amiga sabedora de secretos,
confidente,
eterna enamorada
adornada de luceros,
bella, siempre bella cenicienta
hasta el amanecer.
a lo lejos
que ladran a la luna
silenciosa, altiva,
redonda y bella,
que derrama su luz
sobre grises piedras
y me baña la mirada
de nostalgia fría y serena.
Y me acaricia
como espuma, como brisa,
en el silencio de la noche
Y me engañan los sentidos
y creo que amanece,
pero aún hay mariposas
que aletean en sus ojos,
luciérnagas del camino
en la oscuridad,
senderos de plata
envejecidos por el tiempo
y el silencio.
Los perros siguen ladrando
y ella les mira,
lacónica y esquiva
y sonríe.
Dueña de la noche,
amiga sabedora de secretos,
confidente,
eterna enamorada
adornada de luceros,
bella, siempre bella cenicienta
hasta el amanecer.
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