Leer el libro "La vida entre vidas" , es volver a sentir todo de nuevo, ese deseo de volver a Casa, a ese reino de Amor, de Paz, de Luz cálida y acogedora, ese lugar de reencuentro dónde sé que todo está bien y a sentir de nuevo este traje de buzo que me aprieta y que me aprisiona, que me sumerge en una cárcel, aunque sea dorada, pero sigue siendo una cárcel de la que hasta hace tan poco quería huir.
A la vez, también me hace recordar que esta escuela que es la vida solo nos da las lecciones que hemos pedido vivir y aprender, la forma de aprenderlas depende de cada quién. La mía era a través del miedo y la culpa. Hoy sé que se fueron, y como regalo me han dejado la libertad y la alegría.
La muerte es eso: libertad de esta materia que nos aprisiona; transparencia, porque ya no hay nada que ocultar, ni pensamientos, ni emociones, ni sentimientos... Sale esa Luz que hay en cada ser y vuela libre, feliz, en paz y amorosamente. ¿Por qué esperar a morir para sentir esto? También esto es la vida, solo que nos dejamos que nos equivocaran de rumbo. Hemos seguido el camino que otros seguían en vez del camino propio, hemos cometido sus mismas equivocaciones y hemos dejado de disfrutar con el paisaje, con las viviencias que teníamos, porque no nos daba tiempo, solo podíamos ver al que iba delante para no perdernos. Sólo cuando nos perdemos nos encontramos y empezamos a Ser.
Es ahora cuando reconozco que me perdí en laberintos que no eran míos, en caminos que me llevaban a destinos desconocidos en los que no hacía nada, porque no eran míos, en vivencias de desencuentros amargos que no eran mías. Todo lo cargaba en mi mochila ¡Y pesaba tanto!
¡¡¡Ahhhh!!! He dejado esa mochila de color oscuro, he enterrado lo que contenía, y aprendo a ser lo que soy. Espero ir descubriéndolo con vosotros y vosotras en el camino, mi camino.
Gracias a todas las personas que formais parte de él.
También sé y así lo reconozco y lo agradezco con todo mi corazón, que de una forma muy especial mis hija y mis hijos me han enseñado con su actitud ante la vida lo que no está escrito en ningún libro y que en esta última parte del camino, está ahí mi primo, mi hermano, mi buen amigo Miguel, dándome la mano, que no llevándome ni delante ni detrás, sino al lado, haciéndome ver con una palabra, con un gesto, con un acto, que la vida es cada ser que la vive. Gracias por abrir mis ojos y mi corazón a la Vida. Gracias a tí, José, por conectarme en esos viajes con algo tan mágico y tan profundo, con la fuente misma de la vida y con todo lo que la hace ser lo que es para cada SER. A tí, Angela, por enseñarme lo que es el desapego, la dulzura, la generosidad sin limite. A mis profes y mis compis del Master que me ayudaron a abrir puertas y ventanas, así el aire fresco pudo entrar a esta nueva casa. A tí, Rosi, porque aprendiendo tú a creer en tí, me estás enseñando a creer en mí. A Antonio por enseñarme que la vida es un libro y en él está mi historia, esa que sigo escribiendo día a día. A Lourdes por devolverme la magia, a mi chatillo por enseñarme a amar y a confiar a pesar de todo, a mi padre por enseñarme a respetar, a mi madre por eneñarme la bondad, a...
Gracias a todos y a todas por dejarme compartir estas locuras, porque ¡Ya sabeis que cada día estoy un porquito más loca ¿no? o ¿es más viva?!
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