Aunque el viento
se vista con su gruesa capa
de nubes doradas y pardas.
Aunque el sol se refleje
en las gotas de miel
y la arena de un parque
me traiga
el sabor a mar pegado a mi piel.
Aunque el rayo guiñe
a la noche furioso
y el trueno grite
la rabia con él,
el agua inunde
con fuerza la vida
y en ella se bañe la brisa
cada amanecer.
Aunque la flor se deshoje
amarillenta, en mi mano
y la tierra abra caminos
al poner mis pies,
o las hojas de un fresno
me hablen
de los tres mundo que habitan en él.
Aunque el ciprés majestuoso
que besa el cielo
hunda en la tierra sus pies,
el verde olvido del bosque
me llame
o el azul del cielo se abra
para guarecerme en él.
Y la gruta de agua
reclame a la fuente
en la danza del fuego,
bailando, mi piel.
Aunque el Todo y la Nada
se unan
en los archivos olvidados
que habitan mi sien...
Siempre habra Arco Iris
galopando en estrellas,
o montados en Pegasos,
centellas, antorchas...
mientras pétalos de rosas
y blancas azucenas
esparcen su aroma
girando en mil mundos
que alumbran silencios
en cada comienzo
y en cada atardecer.
se vista con su gruesa capa
de nubes doradas y pardas.
Aunque el sol se refleje
en las gotas de miel
y la arena de un parque
me traiga
el sabor a mar pegado a mi piel.
Aunque el rayo guiñe
a la noche furioso
y el trueno grite
la rabia con él,
el agua inunde
con fuerza la vida
y en ella se bañe la brisa
cada amanecer.
Aunque la flor se deshoje
amarillenta, en mi mano
y la tierra abra caminos
al poner mis pies,
o las hojas de un fresno
me hablen
de los tres mundo que habitan en él.
Aunque el ciprés majestuoso
que besa el cielo
hunda en la tierra sus pies,
el verde olvido del bosque
me llame
o el azul del cielo se abra
para guarecerme en él.
Y la gruta de agua
reclame a la fuente
en la danza del fuego,
bailando, mi piel.
Aunque el Todo y la Nada
se unan
en los archivos olvidados
que habitan mi sien...
Siempre habra Arco Iris
galopando en estrellas,
o montados en Pegasos,
centellas, antorchas...
mientras pétalos de rosas
y blancas azucenas
esparcen su aroma
girando en mil mundos
que alumbran silencios
en cada comienzo
y en cada atardecer.
3 comentarios:
Qué bello! Te creo, siempre habrá Arco Iris. Allí vive nuestra primera mirada asombrada, el suspiro, la magia, la luz, el color, nuestra esperanza.
Muchas Gracias Tere, por la publicación! Un abrazo!
Si Tere, siempre habrá y debe haber un Arco Iris, el nuestro que brillará como el único. Precioso el poema.
Besicos muchos.
Siempre los habra, porque tienen vida en nuestro corazon.
Gracias a vosotras
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